Gracias, mechudo marihuanero

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Daniel, esta sociedad es tan goda, camandulera y parroquial, que no dijiste nada del otro mundo en el congreso y se desató el apocalipsis. No quiero decir que tu intervención no fuera interesante, ni inteligente o cargada de simbolismo; cumplió con las tres cosas. Lo que quiero decir es que, ambos sabemos, falta tanto para que la defensa de la libertad individual sea un principio fundamental en nuestro país, que tu discurso parecía revolucionario y medio diabólico, cuando era, principalmente, la historia de vida de alguien que ha sido consecuente con lo que cree.

¿Por qué tus palabras fueron tan claras? Pues porque así sos vos: directo, conciso, sincero. Básicamente, no expusiste un análisis, sino que planteaste una filosofía. Yo te agradezco, por mí, por mis hijos que vendrán y por todos los que cada día defendemos la libertad, esas palabras y tu forma de expresarlas; te agradezco también hacerle frente al embate inquisidor de la godarria y el aguante que has tenido estos días en los que, a punta de ataques a tu dignidad, han querido golpear tu reputación; contás conmigo en lo que necesités.

Me siento muy tranquilo de haber votado por vos y, salvo que te volvás algo así como Roy, Gustavo Bolívar, Cabal o Paloma, lo volveré a hacer si decidís reelegirte. Creo que voces como la tuya, que combinan la inteligencia con la ironía, le hacen falta a un espacio plagado de brutalidad, pereza y corrupción. Todavía se puede confiar en algunos y vos sos uno de ellos.

Te pido como elector y como tu jefe constitucional que la misma vehemencia que tuviste al defender la legalización del cannabis para uso adulto, la tengás para defender el matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, el aborto y la eutanasia. Además, que seas un adalid del medio ambiente y que, por favor, le echés un ojo a los temas de pobreza; la gente más vulnerable está pasando por un momento muy difícil y esta situación debe estar en la agenda diaria del congreso y del ejecutivo.

Carvalho, apenas empieza tu carrera en lo nacional y la cosa pinta bien. Ojo con la “fama” y ponele mucho ojo a quiénes te van a rodear hacia adelante; ahora tenés un equipo tenaz, comprometido, agudo y preparado. Crecé con ellos, y cuídense entre todos.

Bueno, dejo aquí que empiezo a sonar a mamá. Hermano, no es más. Era una nota corta para darte las gracias y para hacerte este par de solicitudes. Buenos deseos y ¡salud!…o mejor, ¡rótelo!

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