Fajardo: recuperá la alegría

Era 1999, hace 26 años, y te seguía un grupo de gente muy inteligente, conocedora de Medellín y que estaba convencida de que desde la política se pueden lograr cosas muy importantes para la sociedad. Perdiste pero, cuatro años más tarde, te levantaste y, con ese mismo grupo de personas, llegaste a transformar lo público.

Yo, por esa época, estaba apenas terminando el colegio, pero ya te veía por televisión y en vivo, cuando asistía a foros y espacios en los que ibas como alcalde de Medellín. Había dos frases tuyas que me gustaban mucho: la primera era que lo público debe reivindicar la dignidad del espíritu humano, y la segunda, que nadie, absolutamente nadie, debía estar de rodillas frente a otra persona. 

Esas frases me conectaban, eran muy obvias pero poco frecuentes en la definición ética de nuestra ciudad; con ellas vos estabas haciendo una invitación casi revolucionaria y, con tu equipo, fuiste consecuente y la llevaste a cabo en cada programa de esa Administración que le devolvió la confianza a Medellín. El Fondo EPM, los Parques Biblioteca, el Jardín Botánico, Explora, La Red de Escuelas de Música, los Proyectos Urbanos Integrales, Buen Comienzo, entre otros, fueron ejemplos de que la política, cuando se hace de manera honesta, nos beneficia a todos.

Luego tuve la oportunidad de hacer campaña con vos a la Gobernación de Antioquia, una campaña que, literalmente, recorrió cada rincón del departamento llevando un mensaje de esperanza. Pude ver y sentir la energía que le transmitías a las personas que saludabas y como ellas hacían lo mismo con vos; era una conexión vital extraña pero muy bonita que hacía entender que la gente reconocía tu trabajo y quería líderes distintos.
Ahora que comenzás de nuevo el recorrido de una campaña, esta vez a la presidencia, yo no creo que debás ser un “nuevo Fajardo”, como estás diciendo por ahí. Yo creo que debés ser el de antes: un Fajardo que hace campañas llenas de alegría, con propuestas concretas y con visiones inspiradoras, como lo hiciste en 1999, 2003, 2011 y 2018.

Recuperar la alegría para convocar a la mayoría de fuerzas sociales y políticas que crean en un proyecto que reivindique la dignidad humana. Recuperar la alegría para vencer la resignación con la que los colombianos vemos nuestro presente y nuestro futuro. Recuperar la alegría para mostrarle al mundo que una Colombia segura y confiable; estable y vibrante;  tranquila y con fuerza es posible; y que nadie debe tener dudas de que se puede lograr.

Adelante, Sergio, mostrá tu alegría y tu convicción, porque ya lo has hecho antes.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/daniel-yepes-naranjo/

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