Fajardo: La imagen vacía

Fajardo es el candidato de Juan Manuel Santos. Pueden decir misa, pero el sol no se tapa con un dedo. Basta mirar su entorno para zanjar cualquier duda. Claro, ni a él ni a sus áulicos les gusta aceptar esto, como no aceptan que Fajardo fue Alcalde de Medellín por el apoyo que recibió del Uribismo, del cual abjuró y perjuró luego, y como no aceptan tampoco que fue Gobernador de Antioquia gracias a los votos que le endosó Aníbal Gaviria. Y es comprensible que les cueste aceptarlo, pues la trayectoria política de Fajardo puede resumirse bajo una consigna muy simple: La imagen, la imagen, hay que cuidar la imagen.

Ahora bien, ¿Qué es lo que se esconde realmente detrás de esa imagen, construida con los miles de millones que gastaron en publicidad cuando gobernó en Medellín y Antioquia? ¿Quién es, depuestas las máscaras, Sergio Fajardo? Honestamente, no tengo idea. Es difícil comprender tantas contradicciones. Cuando uno mira con detenimiento la Presidencia de Gustavo Petro, por ejemplo, encuentra que ningún otro político en Colombia ha tenido, como Fajardo, tantos alfiles y copartidarios ocupando lugares de poder en Ministerios y Embajadas del actual gobierno. Comparte con Petro incluso el mismo estratega político, el señor Gutiérrez Rubí, cuya línea ética, como quedó demostrado en 2022, es bastante laxa.  

Pero no es Petrista, ni Uribista, ni Santista. Fajardo es, en realidad, una imagen vacía, detrás de la cual cabe cualquier cosa, por más inverosímil que sea. Así lo deja ver su actual candidatura presidencial, donde se ayuntan corpus doctrinarios como el del Partido MIRA, el marxismo-maoísmo de Jorge Robledo, o el liberalismo de ultratumba de los hermanos Galán. Dirán ellos que se trata de unidad, de no “polarizar”, que por eso son de “centro”, aunque, en realidad, no haya nada distinto a un oportunismo ramplón edulcorado con “esperanza” y “alegría”.

Para conocer el verdadero rostro de Sergio Fajardo, habría que preguntarle sobre qué episteme sostiene su interpretación de la realidad, más allá de la política cosmética y las frases de cajón que este “outsider” viene repitiendo como loro desde hace más de veinte años. ¿Fajardo suscribe las tesis económicas del valor-trabajo o las de la Escuela Austriaca? ¿Es partidario de la Doctrina de Seguridad Nacional, de la Seguridad Humana o de la Seguridad Estatal Clásica? En cuanto a las relaciones internacionales, ¿Fajardo adopta la teoría Realista, la de Esfera de Influencia, la de Dependencia o el paradigma de Sistemas Mundiales?

Estas preguntas difícilmente tengan respuesta, porque su horizonte ideológico es camaleónico, y porque también, como se ha dicho en el pasado, Compromiso Ciudadano, el Movimiento que fundó Fajardo, es aquel partido cuyos militantes se agrupan cada 4 años cuando se quedan sin trabajo. O a lo mejor resulta que Fajardo, ante tales cuestiones, nos responda con esa superficialidad suya: “pregúntele a Google”.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/julian-vasquez/

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