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No hay pena en no estar seguro por quién votar. Las decisiones electorales son importantes y las elecciones pueden ser sobrecogedoras. Hay muchas opciones y varias decisiones qué tomar, para quienes no andan metidos todo el día hablando de política (y encuestas como el Latinobarómetro sugieren que ese es el caso de más de tres cuartos de los colombianos), tener que zambullirse en el océano de información previa a una elección puede resultar agotador. Y de esa situación de sobrecogimiento puede sobrevenir la parálisis. Para superarla, hay varias cosas que se pueden hacer.
Lo primero es un cliché de época electoral, pero muchos lugares comunes se han ganado su espacio a pulso y con mérito: hay que revisar las propuestas. Quizá no todas y de todos, y puede que tampoco sea necesario leer en detalle los programas de gobierno. Si uno piensa solo en Medellín, esto supondría leer las más de mil páginas que suman los textos presentados por los catorce candidatos. Pero para revisar las propuestas hay dos medios que pueden ayudar. El primero es utilizar diferentes algunas de las encuestas y plataformas que permiten comparar lo que los electores quieren y lo que los candidatos proponen. La Silla Vacía y El Espectador tienen mecanismos muy sencillos y útiles para esto. El segundo es centrarse en temas que sean particularmente relevantes para las personas, que considere, por la razón que sea, urgentes, y mirar solo las propuestas que apunten a estos asuntos. Al leerlas, un recordatorio, si algo parece “muy bueno para ser verdad”, quizá lo sea. Incluso en temas que nos superan técnicamente, un buen grado de escepticismo (aplicado a todos los candidatos, incluso los que nos gustan) ayuda mucho.
También es importante no olvidar, cuando estamos mirando las propuestas, no solo pensar en nuestros intereses o preocupaciones sino en las de los demás ciudadanos y en las instituciones que representarán los electos. Un buen lugar para empezar pueden ser las encuestas de percepción ciudadana o las conclusiones de ejercicios de diálogo como Tenemos que hablar Colombia a nivel nacional, o en ciudades como Medellín, lo que dijeron las personas en Hablemos Medellín o en Medellín la ciudadanía tiene la palabra.
Ahora, recuerden que las propuestas no son lo único importante. El papel aguanta todo. Es fundamental también tener información sobre el candidato, su equipo, su pasado, sus compañías y financiadores. En esto es clave y puede ser suficiente, revisar su historia. Si ya estuvo en un cargo similar, cómo lo hizo, quiénes han sido sus aliados, a quién ha apoyado y de quiénes ha recibido apoyos. Lo que fue, suele ser y probablemente será. Acá, de nuevo, La Silla Vacía suele tener buenos perfiles sobre casi todos los políticos en ejercicio en Colombia.
Y al final, confíe en su instinto. El instinto ha sido calumniado por las personas que idealizan la razón, asumiendo que los seres humanos somos capaces de tomar estas decisiones racionales perfectas que solo le serían naturales a un robot. Y el instinto puede llegar a usar información valiosa sobre nosotros mismos, nuestras ideas y preferencias, para sugerirnos con un dolor de barriga qué decisión tomar. El instituto puede resolver empates y permitirnos que al final de todo esto nuestro voto también nos deje razonablemente tranquilos. No debemos subestimar la importancia de poder dormir serenamente en la noche del 29, incluso si las personas por las que votamos perdieron. Ánimo, que las elecciones no son sencillas, pero hay todavía una semana y muchas alternativas para tener información que les permita tomar la decisión.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/santiago-silva/