¿Ah, eres de derecha? Entonces te falta empatía, porque no te importa la gente, solo la economía. Es una frase que, con variaciones, me topo constantemente en mis interacciones. Curioso, pues pocas cosas afectan tanto la vida de las personas como la economía del lugar en el que viven.

Los reclamos de empatía vienen en un punto álgido, especialmente desde el incendiario y orquestado Paro Nacional, pues quien no se uniera a las protestas era rápidamente diagnosticado con la falta de amor por el prójimo. Un relato muy hábil, hay que reconocerlo, porque fuerza a la gente a identificarse con la izquierda – al menos públicamente – con el fin de evitar conflictos sociales.

Pero ahora que la inversión huye de Colombia asustada por los desproporcionados impuestos, por las amenazas de Petro al Banco de la República, por la guerra sin cuartel contra la industria minero energética, por las descabelladas ideas de hacer subidas gigantescas del salario mínimo o controlar los precios de la canasta básica, por la intención de romper la regla fiscal y seguirse endeudando, me pregunto ¿No son acaso los más pobres, la gente más vulnerable del país, la que más sufrirá las consecuencias de esta economía frenada y ad portas de una recesión?

Por ejemplo, por más pañoletas verdes que se pongan y se declaren feministas ¿No afecta más a la autonomía de las mujeres el elevado desempleo y la hiperinflación que cualquier otra cosa?. Una cosa es segura, quienes más capital tienen también cuentan con mejor información y formación para interpretar el actual escenario económico, además de un colchón para sortearlo, mientras que los más afectados por el cacareado cambio serán los que juraron defender, los más pobres, así se vanaglorien de su empatía.