EnCicla no rueda

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En el 2010, tres estudiantes idearon su tesis universitaria sobre un sistema público de bicicletas como medio de transporte en Medellín, con base en la experiencia que conocieron en Holanda. Con un espíritu cívico admirable, presentaron su idea al municipio para que fuera una realidad, y luego de varias reuniones, encontraron en el Área Metropolitana la entidad que respaldaría esa apuesta por un servicio público de transporte novedoso, gratuito y sostenible.

El primer piloto fue la conexión desde la Estación Suramericana del Metro, hasta la Universidad Nacional, se contrataron como supervisores del sistema a estudiantes que necesitaban los recursos y rápidamente promovieron un profundo sentido de apropiación por el sistema, cuidándolo y estimulando el sentido de pertenencia entre los usuarios y la ciudadanía. Hasta 2017 EnCicla no fue víctima de vandalismo, las turbas que solían vandalizar bienes públicos pasaban al lado de sus estaciones y vandalizaban lo que había alrededor, pero no tocaban el sistema.

Luego EnCicla nació gracias a la creatividad y audacia de un grupo de jóvenes, y a la voluntad política y visión del dirigente que estaba al frente del Área Metropolitana en esa época, que les creyó y le apostó con el poder público a una iniciativa innovadora; y creció y se mantuvo durante estos años gracias al respeto por el proceso y por el equipo técnico que lo lideraba de sus dos sucesores en el cargo.

La situación cambió con la administración actual: el director del Área Metropolitana –que llegó como cuota política del Partido Conservador–, sacó a todo el equipo técnico de EnCicla (es la primera administración que lo hace), y al igual que en el INDER, el DAGRD, y todas las instituciones del distrito, llenó esas vacantes con cuotas burocráticas de partidos tradicionales (por ejemplo, cuotas del condenado Musa Besaile).

Sacaron a la gente que sabía, no dejaron una sola persona técnica que conociera el proceso, y encima cambiaron el concepto y el enfoque del sistema, pasando de un EnCicla como medio de transporte ciudadano, a un “parche”. Esa es la visión del brillante director actual.

Lo anterior ha llevado al sistema a una crisis sin precedentes, y se ha reflejado en sus cifras, recientemente presentadas en una investigación del Representante a la Cámara Daniel Carvalho, que muestra cómo el sistema ha tenido más recursos y personal, pero el servicio ha empeorado. Así, entre 2019 y 2022:

El gasto mensual en funcionamiento ha incrementado en 64%, hay 23% más estaciones y la cantidad de personal contratado para el mantenimiento de estaciones se ha incrementado en 560%; y sin embargo el promedio mensual de viajes ha caído un 38%, la disponibilidad de ciclas en operación ha caído un 60% (de 2.313 ciclas solo 722 en operación), y el mantenimiento preventivo a estaciones ha caído 60%.

¿Dónde están la plata, las bicicletas y las personas contratadas?

La ciudadanía y los usuarios debemos cuidar este sistema, denunciar, movilizarnos y generar una presión ciudadana tal, que sin importar quien llegue a la dirección del Área Metropolitana, deba implementar un plan ambicioso para recuperar EnCicla y potenciarla para los próximos 10 años. Algunas de las posibles apuestas para la siguiente etapa de EnCicla pueden ser:

Involucrar al sector privado para obtener mayor músculo financiero vía publicidad (como sucede en otras ciudades del mundo), y para que haya mejores proponentes; aumentar la duración de los contratos y elegir un solo proveedor que unifique los sistemas y provea hardware, software, bicicletas y estaciones con nueva tecnología; conectar las ciclorrutas existentes; facilitar el sistema de inscripción y préstamo usando nuevos mecanismos como códigos QR; unificar las aplicaciones de transporte público de la ciudad y que estas le permitan al usuario planificar el viaje mediante datos exactos de horarios, cantidades y disponibilidad no solo de ciclas sino además de buses, trenes, cables, etc.

EnCicla es un patrimonio invaluable de la ciudad, producto de la creatividad y capacidad de nuestra gente, un sistema gratuito que presta un servicio público de calidad a toda la ciudadanía, y que tiene un potencial gigante para Medellín. Tenemos que abrazar el sistema, cuidarlo de una administración mezquina y corrupta, y prepararnos para construir una nueva etapa centrada en los usuarios, cuya calidad, accesibilidad, e innovación inviten de nuevo a todas las personas a bajarse del carro y montarse EnCicla.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-jaramillo/

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