En busca de la felicidad

En busca de la felicidad

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La vida se ha reducido al dolor, aunque sea lo último que busco en este momento. Me gustaría, por ejemplo, escribir de forma fluida, estudiar algo o conseguir un nuevo hobbie. No obstante, el dolor me tiene impedida. ¿Se puede ser una persona mínimamente funcional con depresión? ¿Cómo desear superarlo si dentro del cuerpo, como una baba gris, se extiende la tristeza hasta cubrirlo todo?

La columna del día de hoy no da respuestas, sino que sirve como un atisbo a la intimidad de una persona que desea escribir pero que, con la ausencia de felicidad, se ha ido toda su inspiración. Esta idea anterior es el reflejo de muchas otras mentes que, como la mía, desean avanzar, pero que el virus de la tristeza les paraliza.

De crear, de pensar, de convivir, de cuidar. Les amarra de dar todo el amor que pueden llegar a profesar, de encontrarle un sentido a la cotidianidad, como alimentando sus relaciones interpersonales, su salud física y sus habilidades intelectuales. ¿Cómo puedo, por ejemplo, pensar en el futuro si el presente es inhabitable? Escribir las novelas que quiero crear y conseguir un espacio en donde pueda trabajar por la ciudad, entrenar hasta que mi cuerpo no necesite (tanto) de los demás, entregar lo mejor de mí a los demás.

Para estos dolores que comparto no veo pronta solución, más allá de no dejarnos rendir por las ganas de quedarnos postrados en una cama y rezar algún credo de nuestra elección. Llega un punto que la música empieza a incomodar, que la comida no es tan emocionante y que el refugio que se encuentra entre el ruido y las palabras deja de funcionar. Ponerlo hoy en párrafos es un alivio momentáneo, pero esto me lleva a pensar en los demás que no decantan esto de la forma en la que puedo yo. ¿A qué parte de la ciudad van las personas que sufren hasta tal punto de perder toda conexión con el ser?

Para lo monótona que es la tristeza existen las bibliotecas públicas y las librerías, espacios donde podemos albergar sin ser molestados. Podemos desconectarnos, pensar en historias ajenas y en aquellas personas que no se dejan vencer por el virus. También, si se desea, encontrar libros de quienes sí se entregaron del todo y escribieron para dejar testimonio de ello. Ya no se trata de rendición o de falta de fortaleza, sino del trance que representa vivir sin certeza del porqué.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/mariana-mora/

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