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Daniel Yepes Naranjo

En 2023: Quintero o Medellín

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Se van a cumplir tres años desde que Daniel Quintero ganó la alcaldía de Medellín mostrándose como independiente cuando en realidad estaba siendo apoyado por los grupos más politiqueros del Valle de Aburrá: los conservadores de Itagüí y de Bello; los verdes de León Fredy Muñoz; los liberales de Envigado y la Estrella; y los solapados del Centro Democrático que hacían campaña con Uribe por encima y con Quintero por debajo.

Desde el día uno, Quintero llegó a mentir y a maltratar a la ciudad. El 27 de octubre de 2019, día en el que ganó las elecciones, trinó que la esperanza había derrotado al miedo, pero meses después, ya posesionado como alcalde, metió al Esmad a la Universidad de Antioquia para aplacar los desmanes que se presentaban en ese momento, traicionando a muchos de los estudiantes que lo habían apoyado.

A los empresarios los ha tratado de mafiosos, paramilitares y, esta semana, hasta de asesinos. Su discurso cargado de odio hacia éstos ha calado en algunas personas y ha sido el núcleo narrativo de él y sus aliados, discurso que, en la lógica amigo-enemigo, pretende partir a la ciudad en dos, ahondar la polarización y destruir la confianza.

La prensa no se ha salvado de esta andanada. El principal defensor de Quintero, Esteban Restrepo, y la gestora social, su esposa Diana Osorio, han maltratado a El Colombiano, incómodos por el control que hace este periódico a las irregularidades de una alcaldía corrupta, y lo han tildado de pasquín y de caja de resonancia de intereses contrarios a los de Medellín. Mientras tanto, convierten a Telemedellín, un canal público, en el espacio de propaganda del alcalde, sus mentiras e intereses politiqueros, al mejor estilo de los regímenes totalitarios.

A los ciudadanos críticos les dice “pelagatos” y a los que, con razones, lo enfrentamos en redes, aliados del uribismo, o del FajardoGEAUribismo, la amalgama que se inventó él o uno de sus tenebrosos asesores para empaquetar a todos los que le hacen frente.

Quintero puso en peligro al funcionamiento de Hidroituango, la atención de los niños y las madres en Buen Comienzo, el deporte y la recreación de los adultos mayores en el Inder y el servicio de salud en el Hospital General. Una lista escueta de incumplimientos e irresponsabilidades que cualquier lector puede aumentar.

Quintero es un tirano moderno que sabe manejar redes. Pare de contar. No entiende la ciudad, dice mentiras de manera deliberada, su inseguridad disfrazada de soberbia lo desconecta de la gente y gobierna en beneficio propio. Quintero es un peligro.

El próximo año tendremos elecciones y todos los que creemos en que Medellín necesita otro rumbo; que la confianza y el orgullo por la ciudad deben volver a impulsarnos; que el gobierno tiene que ser liderado por personas honestas, trabajadoras, inteligentes y con experiencia; y que la ciudad debe salir de esta oscuridad y encontrar una luz guía para enfrentar la incertidumbre y sentir esperanza por el camino que debemos recorrer; tenemos que enfrentar a Quintero y los suyos, y derrotarlos.

En 2023, es Quintero o Medellín.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/daniel-yepes-naranjo/

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