El tamaño del negocio

El tamaño del negocio

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La política del espectáculo y su efecto cortina. Todos los días vemos en redes dos cosas: intentos patéticos por desviar la atención de los temas importantes; y comportamientos infantiles tratando de exponer un argumento.

Colombia, hoy por hoy, se mueve al ritmo de las peleas en Twitter de Daniel Quintero y del presidente Petro. Desde ahí tratan de fijar la agenda, muchas veces lo logran, pero otras, simplemente, hacen el ridículo con corbatas rojas y fotos de hospitales en Venezuela. Tanto que se reían de Duque, con razón, por el informe en la ONU, y ahora el presidente hace una similar. Petro intenta disimular la improvisación y la impericia de buena parte de su gobierno, mientras Quintero intenta desviar las miradas de sus amigos políticos, contratistas y aliados. Me detendré en el segundo.

En campaña veíamos que detrás de Quintero había una estructura organizada que desde hace años se ha venido lucrando con la administración de las administraciones públicas. Enfrentarse a eso es una lucha solitaria que tarde o temprano terminará en que lo “quemen” a uno. Conocemos ejemplos. Y aunque es fácil caer en la trampa de pensar que el alcalde es quien lidera en su totalidad este negocio, la realidad es que Quintero es solo una ficha más de un entramado de enormes proporciones con tentáculos en todo el país. Junto a él están los políticos más cuestionados, los que normalmente gozan de impunidad gracias a un dominio total del Estado, requisito indispensable para sus negocios.

Ayer Vorágine (@VoragineCo) publicó una investigación donde explica cómo alrededor de Buen Comienzo se ha lucrado una organización de Bello con contratos que podrían superar los 140.000 millones de pesos durante la administración de Daniel Quintero ( y otro tanto en las de Luis Pérez). Se encontró, gracias a las interceptaciones legales que viene haciendo la Fiscalía, que hay más de seis empresas con 259 contratos trabajando articuladas. Es una gran organización que usa la política como un eslabón necesario dentro de su cadena de producción. La política es el requisito para poder acceder al insumo principal de su negocio: el presupuesto público. La política es un medio, no un fin.(https://voragine.co/asi-se-ha-enriquecido-el-clan-politico-al-que-quintero-le-entrego-buen-comienzo/).

Me parece importante que entendamos la naturaleza lucrativa y el alcance económico del negocio que representa la política para estas personas y así comprender que Quintero es solo uno más. No en vano, ese grupo de Bello ha tenido prófugos y hasta alcaldes ejerciendo con brazalete del INPEC desde antes de que apareciera Quintero en el panorama. Ver esto con claridad nos da una dimensión de las características de la contienda electoral que tendremos. Por eso a esas campañas nunca les falta plata. Estamos claros de que lo dicho del grupo de Bello, que presentó Vorágine, aplica para otros clanes del departamento. El negocio es inmenso.

Cuando la ciudad enfrenta un problema que termina siendo ético, cuando se tiene clara la forma de actuar del otro grupo, cuando se conocen las dimensiones económicas de su poder, cuando se conoce la ausencia de escrúpulos, es cuando se debe construir una respuesta a la altura del reto que implica el alcance ya señalado.

No se pude depender de la decisión de un candidato a la Alcaldía nada más. Todos los que compartan una mirada del deber ser del servicio público deberían intervenir desde sus posiciones. Ya que hemos hablado tanto de plata, quiero poner el ejemplo de los empresarios. Si ellos han notado las consecuencias del manejo de los actuales gobernantes de Medellín, deberían destinar una suma importante de recursos para intentar, dentro de los términos legales, poder competir. Pero más allá de recursos para una campaña, se necesita eco, se necesita convocar y acompañar la definición y promoción de una agenda para los próximos años de Medellín que responda a las necesidades de la ciudad, empezando por el hambre, se necesita el método, el rigor y el liderazgo.

Si queremos mostrar lo que hay más allá del show twittero, debemos lograr una movilización en torno a problemas y soluciones, a proyectos, a una agenda común que involucre políticos, académicos, artistas, estudiantes y, por supuesto, empresarios. Hay que tomar partido y actuar en consecuencia.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mesa/

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