Hay pocas cosas que me dan más malgenio que los comentarios con este formato:
“Opinión impopular: XXXXX”
El problema: que la “opinión impopular” rara vez es impopular. Al contrario, casi siempre es lo más popular del mundo.
“Opinión impopular: no deberíamos dedicar un 1/3 del tiempo de nuestras vidas a estar trabajando.”
“Opinión impopular: en el colegio nos deberían enseñar más sobre finanzas personales y menos sobre cálculo diferencial .”
“Opinión impopular: deberíamos normalizar que los restaurantes tengan fotos de su comida en sus menús.”
No pongo lo primero que se me ocurre. Todas esas “opiniones impopulares” son sacadas de un foro en Reddit dedicado a discutir “opiniones impopulares”. Los resultados tienen más de utópico e idealista que de impopular…
…
Imagínense estas afirmaciones:
“Opinión impopular: la corrupción es el principal problema que tiene la política en este país.”
“Opinión impopular: la educación es el único camino que hay para transformar a Colombia.”
“Opinión impopular: las agresiones que trae la ‘polarización’ son muy malas para el país”.
Todas pudieron haber sido sacadas de un discurso reciente de algún político antioqueño mechudo con un doctorado.
Lo que decidieron llamar “centro” en Colombia – que parece que cuando les conviene puede tener un radio que abarca desde el maoísmo light de Jorge Robledo, hasta un conservadurismo puro y duro pero usando jeans – se cimientó en mantras chimbos de este estilo. Chimbos no porque sean mentira: chimbos porque son obviedades con las que nadie va a estar en desacuerdo. Un discurso tautológico, desesperante.
Es una identidad de marca tan floja que su máximo logro hasta ahora es que a Mockus lo destrocen sin piedad en una segunda vuelta presidencial. Pero aún así, los actuales autoproclamados representantes del “centro” parecen estar dispuestos a llegar a proporciones autodestructivas con tal de defender estos “principios”.
Vamos al punto de discordia. La Coalición de la Esperanza y Alejandro Gaviria, en este momento, no parecen ir de la mano. Diferencias irreconciliables. Gaviria se queja de una “superioridad moral de los otros”. Fajardo responde con un video en el que dice que “para derrotar las prácticas clientelistas – que son la puerta de entrada a la corrupción – no podemos hacer ninguna alianza de ningún tipo con quienes la representan”. Un drama de “opiniones impopulares” al que respondería con las mías:
Opinión impopular 1: Fajardo es hipócrita o peligrosamente ingenuo si piensa que está ajeno a “todo tipo de alianza con quienes representan el clientelismo” cuando uno de sus fieles escuderos en la Coalición de la Esperanza es Juan Fernando Cristo.
El Ministro del Interior de Santos durante la mermelada y Ñoñomanía, el senador por varios periodos con el intachable Partido Liberal, el ex miembro del gobierno de Samper, ¿un tipo que no representa las prácticas clientelistas? Al parecer Fajardo tiene unos criterios bien subjetivos para trazar esa línea entre quién es clientelista y quién no.
Opinión impopular 2: la discordia no tiene tanto que ver con quién traza la línea entre qué es y qué no es clientelismo, tiene más qué ver con una competencia primitiva entre Fajardo y Gaviria por demostrar quién tiene el miembro viril más grande.
Porque a fin de cuentas no son bobos: queda el uno o el otro, no los dos. El uno lleva años remando y haciendo fila por llegar ahí como el representante del estética y moralmente superior “centro”. Al otro, el destino lo llamó: los cantos de sirenas le dijeron que él era el elegido, el unificador, el ungido que tenía que dejarlo todo por un bien superior.
Cualquier excusa que tenga el uno para demostrar que tiene más chances que el otro, va a ser usada. Fajardo, que él sí es intachable, que los límites que él cruza no importan. Gaviria, que él es el que puede unir el camino. Que es capaz de recoger a más sectores. A Fajardo se le está enredando su jugadita para llegar con el apoyo del Verde (al Verde que no le habían metido todavía Oxígeno). Gaviria parece tener un camino más claro en el Nuevo Liberalismo. Fajardo marca mucho más en las encuestas, Gaviria en los medios nacionales.
Opinión impopular 3: son tan flojas las tesis del “centro” que una disputa por cuál clientelista del Partido Liberal sirve y cuál no, amenaza con desbaratarlo.
Es tan amplio y tan vago lo que unifica al centro biempensante que no solo parece caber cualquiera – el pacto de no-agresión entre Hitler y Stalin fue un acuerdo programático de centro, ¿no? – sino que cualquier perturbación puede zarandearlo.
En el papel pareciera que al “centro” no le interesara ganar el partido, sino ser el equipo que saca menos amarillas (lo han logrado). Políticos ajenos a hacer política. La política que se la dejen a los sucios políticos, no a los que merecen ser presidentes. Ni imaginar al momento de gobernar, ¿con quién lo harían? ¿Les gustó mucho el estilo ajeno a pactos con políticos tradicionales del primer año del gobierno de Duque y los resultados que trajo? El “centro” no solamente parte de tesis obvias, sino que deriva de ellas conclusiones equivocadas.
Así que opinión impopular: si el “centro” va a seguir actuando como lo ha hecho siempre, volverá a ganar el premio al “juego limpio”, pero no mucho más.