Hace un año empecé a compartir mis opiniones en No Apto. El ejercicio de escribir con el propósito de publicar cada semana ha sido uno de los mayores retos que he enfrentado en la vida. Esta tarea tiene complejas dimensiones sobre las cuales pienso con regularidad.

Una de ellas es el compromiso moral que tengo con quienes han dispuesto su tiempo y esfuerzo para que esto llamado No Apto funcione. Tanto quienes se han encargado cuidadosamente de diseñar, poner en funcionamiento y mantener a flote esta plataforma, como aquellos quienes, como yo, se han comprometido a escribir aquí todos los días o a montar otros formatos. Aunque no conozca a algunos de ellos, siento la presión de no poder fallarles, no sólo con mi escrito de cada semana sino con su calidad. Las contadas veces que he decidido no escribir me han dolido profundamente, pues siento que cada uno de ellos merece mi máximo esfuerzo.

Otra dimensión es la duda personal de si soy suficientemente bueno como para hacer esto. Llevo un año preguntándomelo sin encontrar una respuesta. Ciertamente quiero compartir mis pensamientos con quien sea que se tome el tiempo de leerlos y creo que casi siempre los escribo con una calidad digna de ellos. Sin embargo, batallo constantemente con un monstruo interior que me dice que soy insuficiente e incapaz.

He encontrado las últimas semanas que la parte más difícil de escribir se encuentra en la dimensión creativa. Me refiero a la dificultad que encuentro como autor para presentar mis ideas y sobre todo, para hacer justicia esto que se llama opinión.

No Apto no es el único portal en línea donde se publique opinión, no sólo esto sino que todos los formatos tradicionales tienen algún tipo de opinadores. En el amplísimo mercado de la opinión, plagado de dinosaurios y editores sin compromiso con la escritura, tenemos el reto de presentar un producto innovador y de alta calidad.

A veces me siento incapaz de hacerlo, noto que valoro en sobremanera el statu quo, soy exageradamente institucionalista y tiendo a caer en lugares comunes. El reto está entonces en tener la audacia de decir algo que incomode, quizá algo de lo que no esté completamente convencido pero quiera discutir; y por supuesto, aquello que sí pienso pero que temo hacer público.

Mi reto es superarme a mí mismo cada día y debo agradecer a No Apto por darme la oportunidad de enfrentarlo. Y le agradezco también a su gente por la inspiración y aprendizajes que me dejan a diario sus esfuerzos; sé que cada uno está trabajando en sobrepasar sus propios retos.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/