El problema de Colombia es la desigualdad

Que “lo importante no es la desigualdad, es la pobreza” es una frase habitual en las discusiones sobre los problemas de Colombia. Quienes afirman eso — que a menudo son de derecha — creen que la desigualdad no es problemática. Piensan que una sociedad de mercado que premia el esfuerzo es por naturaleza desigual. Incluso es deseable que existan ganadores y perdedores cuando la virtud más anhelada socialmente es la competencia. Algunas personas se atreven a ir más allá y señalan — citando a la Biblia— una especie de desigualdad dada por nacimiento. 

Esta forma de pensar se refleja en posturas frente a las políticas públicas. Quienes la defienden creen que los gobiernos nacionales deben preocuparse exclusivamente por el crecimiento económico, sin tener ninguna consideración frente a la desigualdad. Incluso consideran inconveniente cualquier instrumento de política que busque redistribuir la riqueza, pues afecta a la libertad de mercado y al crecimiento económico.

Esta perspectiva sobre la pobreza y la desigualdad está en la base de la política económica de Trump, de Javier Milei y es compartida por exdirectores del DNP en Colombia, expresidentes y precandidatos a la presidencia. Quien no comparte esta mirada es James Robinson, premio nobel de economía en 2024. En su maravilloso ensayo “La miseria en Colombia” Robinson asegura que “si bien Colombia no es un país rico, su nivel de ingreso per cápita es perfectamente consistente con una situación en la que nadie es pobre. Desde un punto de vista contable, la razón por la que hay colombianos pobres es porque hay mucha desigualdad en el país”.

La excesiva desigualdad — de ingreso, pero también de acceso a bienes como salud, educación, seguridad — es el principal obstáculo para el desarrollo en Colombia. El país ha tenido un crecimiento económico más o menos consistente en las últimas décadas y eso no se ha traducido en una mejora significativa de la vida de los más pobres. Si bien la pobreza monetaria se ha reducido, no lo ha hecho de la misma manera la pobreza multidimensional. El crecimiento sin reducción de desigualdad no basta.

La cuestión no es entonces crecimiento o desigualdad. El asunto es cómo logramos un crecimiento que reduzca la desigualdad. De no ser así puede pasarnos lo que está ocurriendo en India, que con un aumento extraordinario del PIB ha vuelto más ricos a los más ricos y más pobres a los más pobres. Algo similar ocurrió en Estados Unidos con el crecimiento luego de la recesión entre 2007 y 2009. En Rusia también entre 2000 y 2007 cuando el país creció entre el 5 y el 7% mientras los ingresos de los más pobres cayeron.

De cara a las próximas elecciones a la presidencia necesitamos candidatos que propongan una agenda de crecimiento económico con reducción de desigualdad. La excesiva concentración de capital económico, cultural y social es el principal problema de este país. 

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-pablo-trujillo/

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