El Jardín Botánico se quedó pequeño

El Jardín Botánico se quedó pequeño

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El Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe albergó la 18ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín entre el 6 y el 15 de septiembre. Tuve la oportunidad de ir 3 de los 10 días que duró la Fiesta, porque esta “feria”, como muchos la llaman, hace honor a su nombre y es toda una fiesta de la ciudadanía con más de 3.000 actividades en torno a los libros y la cultura (300 actividades en promedio al día). A esta fiesta asistieron medio millón de personas (50 mil personas en promedio diariamente, que equivale a llenar el estadio Atanasio Girardot durante 10 días seguidos), que participaron de presentaciones de libros, conciertos, conversatorios, talleres y, sobre todo, pudieron entrar en contacto con una gran cantidad de libros, editoriales, libreros, autores, entre muchos otros actores del mundo del libro y la cultura.

La Fiesta del Libro se comenzó a realizar en 2007, el último año de la administración de Sergio Fajardo, luego de la remodelación del Jardín Botánico. 18 años después, ya es una institución de Medellín que con cifras refleja su éxito. La Secretaría de Cultura emitió un comunicado en el que da cuenta de los logros de la Fiesta, en la que, por ejemplo, se vendieron un 27% más de ejemplares que el año anterior, para un total de 210.000. La fiesta, además, fue inclusiva, el 75% de los visitantes fueron personas de estratos 1, 2 y 3. Y lo más extraordinario de todo, y lo más esperanzador, el 58% de los visitantes eran menores de 28 años, lo que promete lectores para el futuro.

Todas esas cifras positivas que con celeridad, menos de 24 horas después, fueron publicadas por la Secretaría de Cultura y que, creo, los medellinenses debemos celebrar, evidencian también una realidad: el Jardín Botánico se quedó pequeño para la Fiesta del Libro.

¿Ustedes creen que el Jardín Botánico puede soportar la visita de 50.000 personas que acuden, además de recorrer el jardín y los stands, a participar de más de 300 actividades al día? No soy experto en estos temas, pero sí me pregunto por las afectaciones al medio ambiente y a la infraestructura del jardín que ocasiona la Fiesta del Libro para este lugar. Precisamente por esto, desde hace varios años se aprovecha también el espacio de la carrera Carabobo, que acoge las calurosas carpas con stands que son ubicadas allí. Pienso, por ejemplo, en los senderos, jardines, plantas, arbustos, insectos, animales, entre otros seres que habitan el jardín y sufren las agresiones involuntarias de 500.000 personas en menos de 10 días.

Por ejemplo, intenté entrar a buscar, ojear y estaba dispuesto a comprar un libro en el stand de una editorial grande ubicada en el Orquideorama, pero no pude hacerlo por la cantidad de personas, la incomodidad, el calor, el ruido, la estrechez, y hasta la ausencia de personal para atender a los compradores.

Creo entonces que el Jardín Botánico y Carabobo se quedaron pequeños para albergar la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. No estoy diciendo, ni mucho menos, que se la lleven de ese espacio. Es poético que la fiesta del libro se haga en un jardín botánico. Lo que sí creo, es que se deben aprovechar mejor los espacios que hay alrededor. Ese sector es un polo de desarrollo de la noción de ciudadanía. Se encuentra el espacio público del Parque Explora, el Parque Norte, el Parque de los Deseos y la misma Universidad Antioquia que se debería preparar para recibir eventos de ciudad como este, porque lo ideal sería que algún día tumbara sus rejas y fuera un campus abierto al público.

Esto implica descentralizar las actividades que se desarrollan en el jardín y trae consigo retos logísticos que si bien son difíciles, tampoco son imposibles de sortear: que viva la Fiesta del Libro y la Cultura, que viva en el jardín y más allá.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/

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