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David González

El ingeniero Rodolfo: mi candidato favorito

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"La clave de Rodolfo está en lo incierto que es. Es imposible encasillarlo. Ni de derecha ni de izquierda ni de centro. Quemando todos los puentes, explotando el odio visceral que hay en Colombia hacia la política tradicional."

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No me gusta ni votaré por el ingeniero Rodolfo Hernández. Sin embargo, es mi candidato favorito, de lejos. Hay que darle reconocimiento a los buenos estrategas.

Gracias al éxito de las consultas que favorecieron a Duque y Petro en 2018, se creó el mito de que las coaliciones y consultas van a montar presidente en 2022. Y sí que lo han seguido al pie de la letra la mayoría: ahí está el Pacto Histérico, la Coalición de la Desesperanza y el Equipo contra Colombia. Los debates se piensan para coaliciones, las encuestas también. La mayoría de candidatos están por firmas o por partidos “nuevos” (más bien añejados) y alternativos. Todos felices por poder arrancar a hacer campaña desde mucho antes.

Pero no hay ninguna regla escrita que diga que el candidato vencedor saldrá de una coalición, ni que estas necesariamente ayudan. Me atrevo a decir que en esta ocasión están teniendo un efecto adverso: el votante casual anda confundido, no entiende ni le importan los pactos y arreglos políticos, se abruma con la cantidad de candidatos que hay, que parecen reproducirse como conejos.

Y aquí es dónde entra el ingeniero Rodolfo Hernández, el único que le está apostando a una estrategia distinta. El Trump de Piedecuesta que parece haber nacido con una camiseta Lacoste manga larga pegada al cuerpo. Sin alianzas, sin pactos, con un mensaje sencillo: yo soy el único diferente aquí. No soy político, soy ingeniero. No hago alianzas con políticos porque no soy político. No robo porque no soy político. Sé hacer las cosas porque bien no soy político. Ni una propuesta clara, ni la más mínima muestra de inteligencia: lo más inteligente que podría hacer. Un candidato unicelular, para mononeuronales. Un antisistema encantador de indignados. “Mi única alianza es con el pueblo colombiano.”

Un candidato no se hace elegir a punta de acuerdos programáticos ni por sus propuestas sobre créditos no condonables a PYMES o su diseño de transferencias monetarias no condicionadas. Estamos en el mundo del espectáculo, no buscando quién es el candidato más preparado. Y Rodolfo sí que ha sabido dar espectáculo.

“David Barguil no se sabe ni el himno. Juan Carlos Echeverry tampoco. Sergio Fajardo, un tibio. Juan Manuel Galán, el papá tenía 3 millones de votos y este tiene 50 mil. Alejandro Gaviria, es un científico que nadie lo entiende. Juan Fernando Cristo, ayudó a destruir Colombia. Con ninguno mejor dicho” dijo en hora pico en RCN, haciéndose viral. Al igual que se hizo viral por sus Tik Toks que parecen producidos por una quinceañera acomplejada: es el único candidato que hasta ahora no se ve ridículo cuando se hace el ridículo. No hay intervención suya que no venga con su sablazo. No hay publicación que no nos recuerde que todos son rancios menos él (aunque en este momento tenga una investigación abierta en la Fiscalía).

Podría ser un candidato chiste, pero los números muestran que no lo es. Mientras que los candidatos de las coaliciones que no son Petro se diluyen en la confusión de sus consultas, el ingeniero lleva meses marcando cerca o por encima al 10% en intención de voto, de segundo o tercero. Pocos lo conocen todavía, pero quienes sí tienen en su mayoría una imagen favorable de él, 17% favorable frente a 10% desfavorable según la última Gallup Poll de Invamer.

Y si las redes fueran un indicador adelantado de popularidad, Rodolfo sería el favorito. Los está cacheteando a todos, más duro que el golpe que le dio a un concejal de Bucaramanga en 2018. En Facebook ha sumado 315.000 seguidores nuevos en el último año. Como comparativo, Petro ha sumado 165.000, Fico 10.000 y Fajardo ha perdido 31.000. En los últimos tres meses, su tasa de interacción promedio ha estado alrededor del 3%, mientras la de Petro alrededor del 1% y la de Fico y Fajardo más cerca al 0.5%. Tiene 250 mil seguidores y 1.7 millones de likes en Tik Tok, en otra a dimensión a cualquier otro candidato, y donde miles de personas le comentan “a este yo sí le creo”.

La clave de Rodolfo está en lo incierto que es. Es imposible encasillarlo. Ni de derecha ni de izquierda ni de centro. Quemando todos los puentes, explotando el odio visceral que hay en Colombia hacia la política tradicional. Para primera vuelta, yo pensaría que los candidatos de cada coalición sacarán entre el 20% y 40% de la votación. ¿Pero cuánto puede predecirle uno a Rodolfo? Podría sacar 0%, probablemente no supere el margen de error. No tiene piso. Pero lo jodido es que tampoco tiene techo, podría crecer sin límites.

Cuenta la leyenda que en los 60s la KGB trató de chantajear al dictador indonesio Sukarno utilizando un video en el que se le veía teniendo sexo con varias mujeres en un hotel ruso. Pero les salió el tiro por la culata: cuando le mostraron el video, Sukarno pidió que le mandaran varias copias. Su pueblo se iba a deleitar viendo sus proezas sexuales. Hay personajes que se fortalecen con el escándalo.

El ingeniero Rodolfo, siendo el atarbán que es, sí que los tiene y los tendrá: insultos, golpes, puteadas, las que queramos. No es un tipo que ate cabos sueltos. Se las deben tener bien guardadas, prontas a salir. Sin embargo, le podría pasar lo de Sukarno: los colombianos indignados y por cansados de que los políticos les pasen por encima tienen a alguien a quién celebrarle todas sus cagadas.

¿Por cuánto tiempo lo seguirán ignorando?

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