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Aprovecho, como pre-texto, los Juegos Olímpicos en París este 2024 y los 50 años de la publicación del libro La producción del espacio (1974) de Henri Lefebvre, para hablar del derecho a la ciudad, en Medellín, durante la administración de Federico Gutiérrez (2024-2027).
El francés Henri Lefebvre (1901-1991) es considerado uno de los filósofos más importantes del siglo XX. En la década de 1960 comenzó su interés por un concepto que en la actualidad es de uso común, “la vida cotidiana”, con el libro La vida cotidiana en el mundo moderno (1968), y en el contexto del Mayo de 1968 en París, se interesó también en la ciudad y la vida urbana. Publicó El derecho a la ciudad en 1968, De la rural a lo urbano en 1970, La revolución urbana en 1970, El pensamiento marxista y la ciudad en 1972, Espacio y política ( también llamado El derecho a la ciudad II) en 1973. Finalmente, todo ese interés alrededor del espacio urbano, y también del rural, es reunido en la que considero su obra más importante: La producción del espacio publicada en 1974.
En ese libro, compila y desenvuelve las ideas esbozadas en los textos anteriores, y presenta la tesis central de su teoría: el espacio (social) es un producto (social). En una relación dialéctica, el cuerpo humano produce el espacio (lo crea, transforma, destruye, re-construye, etc.) y, simultáneamente, ese cuerpo humano es producido por ese espacio (nuestro cuerpo es el reflejo del entorno que nos rodea: los alimentos que comemos, el clima que soportamos, las materias primas disponibles que podemos transformar para vestirnos, construir nuestras viviendas, crear nuestras herramientas, etc.). Esta teoría fue retomada por autores importantes en la geografía como Milton Santos, Manuel Castells, David Harvey, Edward Soja, entre otros.
En otras palabras, el espacio urbano, la ciudad, es el “producto” que adquiere la forma de las relaciones sociales (económicas, políticas, culturales, ambientales, etc.) que establecemos los seres humanos allí y, al mismo tiempo, ese espacio urbano que habitamos, determina el contenido de ese “producto”, nuestra vida cotidiana.
Entonces, cuando hablamos del derecho a la ciudad, según Lefebvre, estamos hablando del derecho a la vida urbana. Para el inglés David Harvey es el derecho a la apropiación de la ciudad por parte de la sociedad urbana: “es un derecho a cambiar y reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos. Es, además, un derecho más colectivo que individual, ya que la reinvención de la ciudad depende inevitablemente del ejercicio de un poder colectivo sobre el proceso de urbanización. La libertad para hacer y rehacernos a nosotros mismos y a nuestras ciudades”.
Ahora bien, ese proceso de transformación del espacio urbano no corresponde exclusivamente a “la sociedad”, también compete a la institución que tiene el poder allí, “el Estado”, representado en este caso por la Alcaldía de la ciudad.
En Medellín, en 2024, después de ser aprobado el Plan de Desarrollo “Medellín te quiere” (2024-2027), me pregunto: ¿cuál es el proyecto de ciudad, el objetivo a mediano y largo plazo, la estrategia y el discurso por el cual van a recordar a Federico Gutiérrez? Por el nombre del plan y el mensaje que vienen manejando en la comunicación, me imagino que el objetivo es “quererme”, como ciudadano, espero. Pero más allá de eso ¿cuál es el objetivo de Fico en estos 4 años con Medellín? Para ponerlo en los términos de él: ¿qué es, pues, lo que querés hacer vos Fico con Medellín?
Les invito a hacerse esa pregunta como ciudadanos de Medellín. Yo no logro identificarlo ni en el plan de desarrollo, ni en el discurso del alcalde ni de sus funcionarios, ni en los programas; o tal vez, desde las comunicaciones de la Alcaldía no han sido muy efectivos en ese sentido. A Fajardo lo recuerdo por su apuesta en la educación y el urbanismo social; a Alonso, por lo anterior, además de la inversión social; a Aníbal por su discurso alrededor de la vida; a Fico I, digamos, pues, que por su apuesta en la seguridad; a Quintero sólo lo relaciono con corrupción; y ¿a Fico II por qué lo vamos a recordar? Por más que sea una necesidad ¿otra vez la seguridad? Hay que ser más creativos para gobernar en la tercera década del siglo XXI.
“La relación ciudad-ciudadanía no es simplemente terminológica” dice el catalán Jordi Borja. Si bien el status de “ciudadano” lo otorga el estado nacional (la República de Colombia en este caso) es en la ciudad de Medellín donde, en nuestra vida cotidiana, ejercemos nuestros derechos como ciudadanos: a vivienda, salud, educación, expresamos, votar, movilizarnos, crear empresa, profesar religión, etc. En ese sentido, el derecho a la ciudad es una condición de posibilidad para el ejercicio de los derechos como ciudadanos.
Entonces, para terminar, quiero preguntarle a Fico ¿cuál es tu proyecto de ciudad para transformar la vida cotidiana de los medellinenses, en estos 4 años, para que podamos ejercer el derecho a la ciudad?
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/