La periodista Eva Rey se disculpó por la entrevista realizada a Emilio Tapias, condenado por corrupción en el escándalo de Centros Poblados, y a su pareja la congresista Saray Robayo. Los fragmentos de la entrevista que circularon causaron debate, no solo por los invitados, sino por la frivolidad de la conversación.
Es positivo que Eva reconociera públicamente que se equivocó. Pero creo que el error no fue con la elección de los personajes o del momento para sacar al aire tal entrevista sino con el estilo. Ella acepta las críticas como parte del ejercicio periodístico y retira las publicaciones. Ahora, lo poco que aún circula en la red da para más de un análisis.
Cuando la periodista le pregunta por qué volvió a delinquir, Tapias responde que el problema es el sistema, que uno ralla las líneas y termina involucrado. Y en este punto, vale la pena poner lupa.
Hannah Arendt “acuñó la expresión «banalidad del mal» para expresar que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos”. Pero, en este caso, los personajes entrevistados, si bien responden con desfachatez, están lejos de hacer cosas sin reflexionar sobre sus actos.
Al contrario. La puesta en escena es lujosa, ellos perfectamente ataviados y combinados con la escenografía. Saben quiénes son y qué ascendencia política tienen. La entrevista “coincide” con la suntuosa parranda en la que Tapias exhibió su libertad condicional y en la que se lanzan las aspiraciones de la congresista Robayo para llegar al senado en las próximas elecciones.
Ellos saben qué poder tienen y cómo hacer que sus cálculos políticos se cumplan. Parecen expresar en cada carcajada que el sistema está diseñado por y para personas como ellos.
Respeto que la periodista decidiera no publicar la entrevista completa, sin embargo, sobre personajes como Tapias hay que seguir hablando, con sentido crítico, con argumentos, evidenciando sus formas y modos de ocupar el poder. Denunciar y señalar, porque en casos como este, el velo con que se tapen solo logra que sus madrigueras sean más profundas.
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