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Una de las últimas intervenciones en redes sociales del alcalde Gutiérrez se refiere a habitantes de calle, delincuencia, consumo de drogas y salud mental. Tal publicación deja algunas dudas: desde quién lo asesora antes de decir lo que dice, hasta cómo se toman (y ejecutan) las decisiones de la Administración.

Dice el alcalde: “un habitante de calle que tira una piedra y le causa daño a un ciudadano, antes que habitante de calle, ya se ha convertido en un delincuente”. ¿Esa es la relación temporal? Porque, antes de lo uno y de lo otro, es un ser humano, que habita esta ciudad en unas condiciones bastante anormales. Y, aclaro, uso aquí la palabra anormal en el sentido del diccionario:  que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherentes.

De acuerdo con que un ciudadano, cualquiera que sea, que comete un delito debe pasar por un proceso judicial. Así lo dice el Derecho: indagación, investigación, juicio. Y, por si alguna duda adicional, en Colombia, los lineamientos para investigar delitos están consignados en el Código de Procedimiento Penal. Y, como ñapa, otro dato: en Colombia, es la rama judicial la encargada de administrar la justicia.

Pasando de asuntos “técnicos” ya bastante sabidos, surge otra duda de la comprensión de los fenómenos que enuncia el alcalde: “miles de jóvenes pierden el control de sus vidas por el consumo de las drogas y terminan con problemas de salud mental”. ¿Es así? ¿Lo uno lleva a lo otro de manera lineal?

O, valdría la pena preguntarse si las condiciones que afectan la salud metal en la niñez, en la juventud, en la adultez están relacionadas con otras variables sociales, biológicas, familiares, económicas, culturales… Preguntar por las causas es el principio de la indagación para comprender las consecuencias y tomar acciones eficientes.

Finalmente, dice que “nosotros como alcaldía haremos uso de todas las herramientas legales para poder intervenir”. Ojalá así sea: que la intervención sí sea institucional, respetuosa de las normas; activa en la comprensión de los fenómenos sociales; eficiente en la ejecución. Tengo la certeza de que hay personas muy preparadas en la administración municipal, quienes tienen la sensibilidad, la racionalidad y la capacidad de actuar con respeto por la dignidad humana de todos los habitantes del distrito.

Ojalá que todos los seres humanos tuviéramos la capacidad de controlar nuestras vidas. Pero no es así. Tenemos márgenes muy estrechos para tomar decisiones; nuestra propia biología nos hace, al mismo tiempo, frágiles y maravillosos. Aprendemos poco a poco a integrar los mandatos de nuestra naturaleza con los mandatos de nuestra cultura, y, en medio de eso muchas cosas no dependen de nuestra voluntad.

Por eso nos inventamos las normas, por eso delimitamos procesos jurídicos. Por eso conocemos la solidaridad y la compasión. Por eso somos seres humanos.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/maria-antonia-rincon/

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