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Dada la situación en la que estamos como humanidad, y los niveles a los que hemos llegado, es evidente cada vez más que los sistemas y modelos bajo los cuales hemos basado la sociedad no funcionan y necesitan ser ajustados o cambiados. No podemos negar los grandes avances, los beneficios y bondades que nos ha traído el capitalismo y el libre mercado; en realidad no podría imaginar cómo un modelo diferente podría lograr lo mismo o algo medianamente igual. Sin embargo, tampoco se puede negar que las raíces por las cuales el capitalismo funciona y permite que, en teoría, todos tengamos acceso al mercado y a las oportunidades, ya están obsoletas.

Obsoletas porque basan su funcionamiento en el crecimiento económico ilimitado, lo cual evidentemente no es posible y, además, termina beneficiando de manera desproporcional a los que más tienen, dejando a muchísimas personas en condiciones inhumanas, en las que por más voluntad que tengan o esfuerzo que hagan, se van a encontrar con resistencias que les impide lograr sus sueños y desplegarse como seres humanos, pues toda su energía y recursos la ocupan en satisfacer las mínimas necesidades para sobrevivir dignamente.

Además, bajo ese concepto de crecimiento económico, se valida todo aquello que genere ingresos y beneficios de dinero y poder, sin importar mucho lo demás, como el origen de los recursos que se obtienen o las formas en las que se generan esos ingresos. Incluso, pareciera que esa excusa valida un montón de actitudes de indiferencia y egoísmo a partir del beneficio individual.

Ese paradigma de «sálvese quien pueda» y de priorizar las ganancias económicas, el poder y los beneficios individuales de unos pocos, nos tiene al borde del colapso social y ambiental. El planeta ya no aguanta más esa relación unidireccional controlada por unas pocas voces que tienen el poder para decidir lo que sea.

Necesitamos un modelo en el que prevalezca la colectividad, el trabajo conjunto y la justicia como bases de la sociedad, en la que se permita crecer a todos, especialmente a los más pobres y marginados. Como bien dice Muhammad Yunus: “Eliminar la pobreza es cuestión de remover las barreras impuestas a los pobres para despertar su creatividad de resolver sus problemas”

¿Cómo llegamos allá?

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-perez/

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