El autogol de un posible apagón energético

Quiero iniciar esta columna con una pregunta: ¿cree usted que la Selección Colombia de fútbol de mayores podrá ganar el próximo Mundial? Si su respuesta es afirmativa, permítame alabar su optimismo y le agradecería que me dijera por qué; si su respuesta es negativa o con un mínimo de probabilidades, pues estamos del mismo lado. Y lo invito a que, con ese mismo nivel de escepticismo, no crea el cuento de que se bajarán los costos de la energía o del gas en los próximos años, en este amplio mar de posibles precandidatos presidenciales, porque, si de posibilidades hablamos, creo que es más probable que ganemos el Mundial.

Aunque parecen temas distantes, permítame usar la pasión que tengo por el fútbol para explicarle. Colombia ha tenido grandes jugadores de fútbol en su historia: algunos hablarán de Willington Ortiz, el “Pibe” Valderrama, Faustino Asprilla, Iván Ramiro Córdoba y, en la historia más reciente, Falcao, Cuadrado, James o Luis Díaz. Asimismo, hemos gozado de una disponibilidad energética importante en fuentes como el gas, el petróleo y la electricidad durante varias décadas, y por eso somos uno de los pocos países del continente que no hemos sufrido apagones en más de 30 años.

Sin embargo, a pesar de tener tantos jugadores talentosos y una pasión ferviente por el fútbol, no hemos conseguido nada relevante. Algunos dirán que logramos la Copa América de 2001, pero estábamos obligados a ganarla. Y, si miramos el futuro cercano, considero difícil que eso cambie. Así se perfila nuestro futuro energético próximo: bastante incierto y con más dudas que certezas. Para muestra, un botón: de acuerdo con ACOLGEN, en lo corrido de 2025 ha entrado en operación menos del 2 % de los 3.517 MW esperados en nuevos proyectos de generación. Además, según XM, se proyecta un déficit de hasta 3,5 % en 2027 y de hasta 6 % para 2030 en términos de energía eléctrica. Y, en el caso del gas, el panorama no es más alentador: para este año se estima que más del 15 % del gas deberá importarse ante la falta de recursos locales, y para 2026 se calcula que este déficit podría superar el 25 %.

Entonces, nuestro pobre palmarés futbolístico no se debe a la falta de talento, así como nuestra encrucijada energética no se debe a la falta de recursos, sino a la falta de una gestión planificada de los recursos a mediano y largo plazo. Para muchos, la mejor Selección Colombia que hemos tenido fue la que nos llevó al Mundial de Brasil 2014, la que hasta ahora ha sido nuestra mejor participación en el certamen orbital. Pero lograrlo fue un proceso de años; por ejemplo, muchos de esos jugadores fueron campeones del Sudamericano Sub-20 de 2005 y llevaban tiempo consolidándose en Europa. Además, incluyó ingredientes diferentes, como un técnico extranjero capaz de convencerlos de que era posible. En otras palabras, tener un equipo de fútbol ganador requiere talento, tiempo, planeación, recursos y dirigentes capaces.

Ahora, si hablamos de energía, se necesitan ingredientes bastante similares para lograr cambios relevantes y sostenibles. Cuando se habla del costo de la energía en Colombia, es importante recordar que la energía que nos llega debe cubrir diferentes etapas del proceso: la Generación (G), cargo que se paga a las empresas generadoras; la Transmisión (T), que es el “peaje” por usar las redes principales que llevan la energía generada hasta los grandes centros de consumo; la Distribución (D), que es el costo de transportar la energía desde las zonas donde llegan las redes de transmisión hasta los consumidores finales; las Pérdidas (técnicas y no técnicas), que obedecen tanto al proceso de transporte como, entre otros factores, a las conexiones fraudulentas; sin dejar de lado algunos cargos adicionales como Alumbrado Público e impuestos, como la Tasa de Seguridad y Convivencia en Antioquia, o decisiones como la opción tarifaria definida en la pandemia. Esto solo por mencionar algunos de los actores y componentes del mercado energético colombiano.

Entonces, ¿de verdad cree usted que desde un escritorio se va a bajar el precio de la energía y el gas? Lograr que disminuyan los precios —o, por lo menos, que dejen de subir— no es una quimera. Tenemos cómo lograrlo, pero se necesitan planes construidos desde los diferentes actores y puntos de vista del mercado energético, incluidos los usuarios. Colombia necesita conversaciones serias alrededor del tema energético, y también alrededor del fútbol, si de verdad queremos lograr algo diferente.

Hoy Colombia tiene a Luis Díaz como su estrella principal y, del mismo modo, se montó en la ola solar como su estrella en la transición energética. Pero ni “Luchito” ganará un Mundial por sí solo, ni la energía solar nos salvará, por sí sola, de la crisis energética que se nos viene pierna arriba.

¡A disfrutar del fútbol! Y que no se nos apague la energía.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/julio-betancur/

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