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Del sindicalismo y otras reivindicaciones

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Cada 1 de mayo el mundo se viste de lucha obrera y sindical, que desde el siglo XIX avanza con fuerza por los derechos de la clase trabajadora. En Colombia, la historia del sindicalismo no solo ha sobrevivido a la ferocidad de los patrones y la oligarquía que conserva los medios de producción y han sumido al país históricamente en una profunda desigualdad, sino que ha sobrevivido también a la violencia del conflicto, avasallante, silenciadora e insípida.

¿Qué tanto le debemos a la lucha sindical? Creo que todo. Todo lo que limitadamente hoy podemos ser y hacer en términos de libertad y derechos ante el cuadro estrecho que nos impone el capitalismo para la consecución de los sueños y las aspiraciones humanas.

En 2022 por primera vez un presidente de izquierda llegó al poder en el país, y con él, la reivindicación de sectores de la sociedad que hasta el momento habían estado silenciadas y por fuera de toda la construcción del estado, entre esos, el movimiento sindical, que hasta la fecha había cargado con la estigmatización y catalogados como enemigos de la patria (patria en sentido empresarial). No entiendo por qué se extrañan con que el presidente salga a marchar hoy como lo ha hecho desde siempre y en articulación con uno de los gremios que más ampliamente lo apoya por la cohesión de sus ideas revolucionarias.

 Desde hace décadas, una de las demandas más importantes de los sectores sindicales era ser reconocidos como sujeto de reparación colectiva por las huellas dejadas por el conflicto armado y la violencia colombiana, que dejó una cifra de 3.323 sindicalistas asesinados entre 1971 y 2023, 449 víctimas de atentados contra su vida, 254 víctimas de desaparición forzada, 7.884 amenazados de muerte y 1.987 desplazados según la Unidad de Víctimas. A mediados de septiembre del 2023, bajo el liderazgo de la ministra Gloria Inés Ramírez, esta demanda fue escuchada y atendida. Sí por el gobierno nacional.

Entiendo que la rabia sesga y puede desorientar la mirada a otros análisis amañados de las cosas, pero guste o no, la lucha obrera es una bandera del gobierno y ayer salieron a defenderla con tesón a las calles, no en una demostración de poder sino en una acción colectiva y perenne. El gobierno de Colombia ha hecho cosas perversamente mal y hoy enfrenta quizá uno de los momentos coyunturales de su gobierno con el bloque de reformas infructuosas que no han logrado pasar los debates legislativos. Sin embargo, pensar que las marchas del 1 de mayo fueron instrumentalizadas, es olvidarse de un detalle importante: quienes salieron a las calles, hoy son el gobierno y ganaron bajo el respaldo de 11 millones de personas en democracia.

Decir que Colombia está polarizada es un lugar común que en realidad ha estado presente en casi toda la historia política del país, diría más bien que Colombia tiende cada vez más a la irreflexión y eso nos conducirá en un futuro cercano a escenarios muy oscuros y al eterno pasado. ¡Viva la lucha obrera, viva la clase trabajadora!

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/sara-jaramillo/

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