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¿De qué sirve militar en un partido?

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Pocas cosas me han cuestionado tanto en la vida como mi militancia en el Partido Alianza Verde. De este he sido miembro hace unos 7 años.

Al Partido Verde llegué inspirado por mi amigo Daniel Duque y gracias al activismo por el medio ambiente y la paz a los que él me introdujo. De ahí empezó un proceso político del que me enorgullezco y del cuál he ganado no sólo aprendizajes, sino unos de los mejores amigos que he encontrado en la vida.

En este partido me he comportado como un auténtico militante, haciendo valer mi voz y voto en sus distintos procesos organizativos. Dentro de él he acompañado y dado peleas por la protección de mis intereses políticos y los de mis compañeros y amigos. Con ellos hemos enfrentado la politiquería a nivel local, regional y nacional; y la politiquería también se ha plantado duro contra nosotros.

He seguido con esperanza el liderazgo importantes figuras como Antanas Mockus, Claudia López y Angélica Lozano. En mi propio proceso de crecimiento personal y formación política encontré mis banderas recogidas dentro del partido, pero he pulido también mi visión, y me he dado cuenta de que muchos de nuestros liderazgos, incluso los que más me inspiran, tiene graves fallas y defectos.

Todo liderazgo humano está condenado a la imperfección. De ahí que falten varios desacuerdos y desencuentros para que yo descarte completamente mi estimación a una persona o a la institución que es el partido. Pero, la grave crisis que enfrenta hoy la Alianza Verde ha hecho que líderes y militantes cuestionen su valor intrínseco, al punto de retirarse.

No es nuevo que nuestro espacio sea habitado por corruptos, en todos los partidos los hay y probablemente habrá siempre. Así como no han faltado ellos, tampoco han faltado quienes los denuncien y los cuestionen. Sin embargo, que hoy seamos protagonistas del mayor escándalo de corrupción del actual gobierno nacional, deja mucho que decir sobre hasta dónde ha llegado la oscuridad de la corrupción en nuestra colectividad.

Hoy con visión crítica -aunque a la vez, quizá con la comodidad del desinterés del expatriado-, me pregunto para qué sirve militar en un partido si al final la imagen y representación de lo que creemos y hemos trabajado desde la base sus miles de militantes, son fácilmente manchadas por unos cuantos peces gordos; quienes han tratado con desidia este trabajo, la esperanza puesta en esta institución y su filosofía. Los partidos políticos deben ser catalizadores del interés político de la ciudadanía. Ese interés puede representarse en distintas ideologías, pero es absolutamente incompatible que sea representado en la corrupción; que es un antónimo perfecto al bienestar de las personas. Entonces, si un partido representa la corrupción y no el ambientalismo, el liberalismo con intervención del Estado, el feminismo y la defensa de las minorías, la paz y la no-violencia; si representa el interés de un gobierno corrupto y no las causas que yo defiendo, debo decir que es un partido del cual no sirve ser militante.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/

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