Estamos ad portas de iniciar la tercera legislatura del congreso que se eligió en marzo del 2022 y, según los acuerdos políticos, este año la presidencia de la Cámara de Representantes le corresponde al partido Alianza Verde; sus candidatas son Katherine Miranda y Martha Alfonso.

Miranda es del ala claudista del Verde y fue promotora de la campaña presidencial de Gustavo Petro en el 2022, aunque hoy es una de sus más acérrimas opositoras, sobretodo a las formas clientelistas y a la transacción con mermelada evidente del gobierno y el congreso, para lograr la aprobación de sus reformas.

Martha Alfonso es del ala petrista que se ha venido apoderando del partido Alianza Verde; abanderada de las nefastas reformas que ha propuesto este gobierno, como la reforma a la salud, la reforma laboral y la reforma pensional.

La posibilidad de que Martha Alfonso asuma la presidencia de la Cámara de Representantes ha generado una considerable controversia. Sus críticos argumentan que su elección no solo sería un insulto a la democracia, sino también un premio a su intransigente gestión como ponente de la reforma pensional, especialmente después de haberla impulsado de manera apresurada y sin el debido debate parlamentario, que podría terminar con la declaratoria de inconstitucionalidad por parte del la Corte Constitucional.

Martha Alfonso ha sido una figura polarizadora, especialmente en relación con la reforma pensional. Su actitud rígida y falta de disposición para el diálogo comprometieron la calidad y legitimidad del proceso legislativo. El «pupitreo» —aprobar leyes sin suficiente discusión y análisis— es un punto crítico que deja mucho que desear respecto de su idoneidad para el liderazgo en la Cámara.

La esencia de la democracia se basa en el debate abierto, la transparencia y la participación inclusiva en los procesos legislativos. La elección de Alfonso, quien ha sido acusada de ignorar estos principios, podría enviar un mensaje preocupante sobre la dirección de la política legislativa del país. Asusta mucho que su liderazgo refuerce prácticas antidemocráticas, erosionando la confianza pública en las instituciones y el proceso legislativo.

La reforma pensional es un tema de gran importancia y sensibilidad para millones de ciudadanos y la forma en que Alfonso la manejó ha dejado una impresión duradera de que fue impuesta sin un adecuado debate y consideración de todas las perspectivas, lo que ha generado descontento y desconfianza. La posibilidad de su elección es un «premio» a este tipo de gestión y refuerza la idea de que las prácticas democráticas están siendo socavadas.

Las garantías para la oposición durante las presidencias de congresistas gobiernistas se han visto en vilo; es por ello que resulta necesario y urgente que la dirección de la cámara baja del Congreso de Colombia sea asumida por una persona que en el debate se haya mostrado independiente y que tenga el carácter suficiente para velar por las garantías de la oposición y por las discusiones democráticas en pro de la estabilidad y el progreso de nuestro país.

Es fundamental que la Cámara de Representantes reflexione sobre los valores y principios que desea representar. La elección de su presidente debería ser un reflejo de un compromiso con la democracia, la transparencia y el respeto por el debido proceso. Elegir a un líder cuyo historial está marcado por controversias y acusaciones de intransigencia podría ser visto como un grave error.

En conclusión, la posible elección de Martha Alfonso como presidenta de la Cámara de Representantes plantea serias preocupaciones sobre el respeto a los principios democráticos. Su gestión como ponente de la reforma pensional, caracterizada por la falta de diálogo y transparencia, ha dejado una huella que, en definitiva, se considera incompatible con el liderazgo democrático que la Cámara necesita, sobretodo en este momento de la historia del país, donde enfrentamos un gobierno con unos tintes de autoritarismo que nos ponen en alerta.

Es imperativo que los representantes elijan con cuidado, considerando el impacto que su decisión tendrá en la confianza pública y la calidad de la democracia en el país.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/ximena-echavarria/