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Razones hay de sobra para movilizarse contra el actual gobierno, y no son solo válidas sino urgentes, pues si el petrismo logra pasar en el Congreso las reformas que pretende, está en juego la estabilidad del país:
1. Contra la reforma a la salud: las EPS distan de ser un modelo fracasado y, por el contrario, brindan un excelente servicio teniendo en cuenta el poco presupuesto que un país como Colombia le puede dedicar a la salud. Aun así, más allá de defender lo que ya existe, ¿a quién le parece una buena idea reemplazarlo por un sistema manejado por los alcaldes y gobernadores? Es entregarle el queso a los ratones.
2. Contra el fin de la industria petrolera: con informes que mienten sobre nuestras reservas de petróleo y gas, la ministra Irene Vélez pretende acabar con esta industria para volvernos dependientes de las importaciones venezolanas. Mala idea por lo geopolítico y porque Ecopetrol es el corazón de las financias del gobierno.
3. Contra el embeleco de la paz total, de la que se están aprovechando los grupos criminales para devolvernos a los peores escenarios del siglo XX. Si el gobierno sigue empeñado en ceses al fuego que solo respeta el Ejército y en hacer liberaciones de criminales presos, el caldo de cultivo para un estallido de violencia está servido.
4. Contra la destrucción de la confianza inversionista: si se mantiene el discurso que insiste en que lo privado es malo, que el lucro es pecado, en ahogar con impuestos a las empresas y en regular los precios, el único camino que le queda a la economía colombiana es el del decrecimiento. La inflación y las proyecciones del PIB para este año son alertas del camino que empezamos a recorrer.
A marchar el 15 de febrero y, en general, a manifestarnos contra esta destrucción, porque será la única manera de detener a un Congreso que está en coma diabético de tanto comer mermelada petrista.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/