Crecimientismo, pobreza y desarrollo

Crecimientismo, pobreza y desarrollo

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El informe del relator especial sobre pobreza extrema y derechos humanos Olivier De Schutter presentado en mayo en la Asamblea General de la ONU, vuelve sobre una vieja conversación sobre el crecimiento económico como el principal indicador de progreso social y como llave maestra para la eliminación de la pobreza.

El asunto sobre si el aumento del PIB es el determinante del progreso de una sociedad parecía haber quedado resuelto hace como 30 años con las ideas de Amartya Sen y su formalización en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), pero la cuestión sobre el crecimiento económico como la principal herramienta para la reducción de la pobreza, es si se quiere, uno de los principios de la economía ortodoxa, y el enfoque dominante en política pública. Hay cifras que respaldan esa hipótesis mostrando la incidencia del crecimiento económico sostenido en la reducción de la pobreza extrema.

De Schutter llama a este principio “la ideología del crecimientismo”, una creencia que asume que el crecimiento económico es condición previa para disminuir la pobreza. Contrario a la lógica de este supuesto, el relator especial advierte que el crecimiento económico no garantiza en sí mismo que personas pobres salgan de esa condición. La obsesión con el crecimiento deriva, a su modo de ver, en la configuración de sociedades obesas, que generan muchos más recursos de los necesarios para que sus ciudadanos y ciudadanas prosperen.

El ”crecimientismo” produce también una organización de prioridades que a su modo de ver es perjudicial. Pese a las advertencias de Sen y compañía, el aumento del PIB es una de las principales preocupaciones de los gobernantes. El modo de actuar más utilizado es garantizar, antes que cualquier cosa, el crecimiento económico, para luego, vía impuestos y transferencias, preocuparse por la pobreza y la desigualdad. “Hay que producir para luego distribuir” “si no se produce, no hay nada que distribuir” son frases populares que resumen esta forma de pensar.  De Schutter cree que esto es un error pues aleja a la acción pública de donde debería estar: contribuyendo a una economía más integradora que garantice oportunidades para todos y todas, en especial para los más pobres.

El relator especial de la ONU menciona también que la creencia en que el crecimiento económico es el principal objetivo de las sociedades, atrofia la imaginación e imposibilita pensar otras formas de progreso social. Fredric Jameson dijo una vez que “es más fácil imaginar el fin del mundo, que el fin del capitalismo”. Cuando una idea domina casi todas las formas de acción pública es muy difícil imaginar un mundo sin ella.

El informe tiene argumentos provocadores para seguir pensando el desarrollo social lejos de ideas incontrovertibles. El debate democrático es solo posible cuando se abandonan las verdades reveladas. El progreso de las sociedades es un asunto que requiere un abordaje desde la complejidad.

Acá pueden leerlo:  https://www.ohchr.org/es/documents/thematic-reports/ahrc5661-eradicating-poverty-beyond-growth-report-special-rapporteur 

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-pablo-trujillo/

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