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Esteban Jaramillo

Cerrar la puerta de las oportunidades

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Medellín era una ciudad que se caracterizaba por tener una amplia oferta institucional en programas sociales, educativos, deportivos y culturales, que se ofrecían en espacios dignos y muy bellos estéticamente. Desafortunadamente, en los últimos años eso cambió.

Desde hace varias semanas se vienen conociendo denuncias de la ciudadanía en redes sociales y medios de comunicación, sobre el avanzado deterioro de la infraestructura física de las instituciones educativas del municipio, según cifras de la Personería, cerca del 70% de los colegios tiene problemas en su infraestructura, y según la propia Secretaría de Educación, esa cifra ascendería al 95% de un total de 432 instituciones que presentan problemas.

En colegios como el Gilberto Alzate Avendaño en Aranjuez, Javiera Londoño de Boston, Diego Echavarría Misas de Castilla y el San Antonio de Prado, estudiantes, padres, docentes y directivos han denunciado graves afectaciones como humedades, fallas estructurales, suspensiones del Plan de Alimentación Escolar – PAE por cierre de cocinas, clausura de salones por riesgo de colapso, baños fuera de servicio e incluso instituciones que no cuentan con agua potable.

Esta situación es de suma gravedad, pues los colegios son entornos protectores para niños, niñas y jóvenes, y en muchos casos, el lugar donde reciben las comidas más importantes del día. La clausura de colegios, la suspensión del PAE, y los espacios indignos son factores que aumentan enormemente el riesgo de deserción, con todas las consecuencias que ello implica para el proyecto de vida de niños y jóvenes de Medellín. 

La Secretaría de Educación anunció que presentará en el Concejo un proyecto de licencias futuras por 330 mil millones con cifras según las cuales, hay daños en 9 de cada 10 colegios de la ciudad, y 410 instituciones serán intervenidas, de las cuáles 7 deben ser reconstruidas. Sin embargo, surge una duda ante este anuncio: En una ciudad cuyo último presupuesto fue de 6.5 billones, con transferencias de EPM que ascendieron a casi 2 billones ¿Por qué endeudar al municipio o usar presupuestos futuros para reparar los colegios?

Otro abandono lamentable es el de los escenarios deportivos. En el 2010 Medellín fue sede de los Juegos Suramericanos, evento para el cual la ciudad se preparó y cuyo legado fue la remodelación completa de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, que durante años fue calificada como una de las mejores de América Latina. Sin embargo, doce años después, ese resplandor se ha opacado. 

En la Unidad Deportiva es común ver basuras regadas, infraestructura afectada por humedades y jardines y zonas verdes descuidadas. Por ejemplo, el Parque del Agua –junto a la Liga de Ajedrez–, pasó de ser una piscina con juegos para niños, a un depósito de maleza, aguas lluvia y basura. Esta situación no es exclusiva del estadio, el abandono y deterioro se extiende a canchas y unidades deportivas de otros sectores de la ciudad.

En el coliseo de combates, escenario de entrenamiento de nueve ligas y cerca de 800 deportistas, las goteras que se filtran por el techo deben recogerse en canecas, algo que no solo ha afectado el mobiliario del coliseo y elementos de entrenamiento como colchonetas y pistas, sino además la propia práctica de los atletas, que arriesgan a sufrir lesiones por los charcos. Como ex Selección Antioquia de Esgrima, este caso es especialmente indignante para mí, pues fue el lugar que me acogió durante 8 años y del que guardo gratos recuerdos.

El abandono y deterioro de los espacios deportivos de la ciudad se explica por el manejo que le ha dado el alcalde al INDER, que ha funcionado más como un directorio político que como un instituto que vele por la oferta deportiva en la ciudad. En dos años y medio el INDER ya ha tenido tres gerentes, uno de los cuales admitió que el instituto no había recuperado el 10% de los 990 escenarios que administra. Además, como se conoció por denuncias en el Concejo, 12 contratistas acaparan más del 90% de la contratación que hace la entidad a través de Metroparques, lo que le permite contratar sin pasar por procesos licitatorios.

La Educación, el deporte y la cultura son tres de los pilares que sostienen el mundo de las oportunidades para niñas, niños y jóvenes en Medellín, y que les permiten construir un proyecto de vida digna y llena de sueños. Como dije antes, Medellín es una ciudad que cuenta con recursos suficientes para mantener una oferta institucional de calidad, en espacios dignos y agradables para su ciudadanía. 

¿Por qué en una ciudad con semejante presupuesto los colegios y escenarios deportivos se están cayendo del abandono y deterioro? ¿Qué está pasando con los recursos de la ciudad? ¿A dónde se está yendo la plata?

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