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Reconozco la intermitencia de mis palabras en este generoso espacio que se me abre cada semana. No es sencillo llevar varias vidas a la vez, y sobre ello sé que me entenderán quienes han tenido el honor de liderar algún proceso social. O aquellos que han sentido en algún punto de su vida la necesidad de apartarse un tiempo y simplemente no decir, que, entre otras cosas, el no decir guarda también un significado.
Opinar de todo es abrumador hasta para quienes viven de hacerlo. A veces prefiero guardar silencio, esperar las palabras y los momentos precisos para no producir un montón de cosas ya dichas, ya pensadas, me atemoriza caer en el más triste de los escenarios: la automatización del pensamiento, que para mí no es más que la muerte del alma.
Quiero utilizar este espacio, como cada jueves, para realizar un ejercicio de réplica, sobre un tema que bien saben que me obsesiona y sobre el que trabajo cada día de mi vida. Desde la Red Feminista Abolicionista de Medellín, estamos promoviendo una carta abierta dirigida a la Ministra y Vicepresidenta Francia Márquez quien hoy avala abiertamente la prostitución desde su ministerio. La ciudadanía está llamada a firmarla, mientras les escribo esto veo el nombre de 455 personas que se han sumado y creo que, por hoy, no tengo más palabras y en cambio sí un llamado a que la apoyen. Dice así:
“Respetada Vicepresidenta de la República de Colombia,
Sra. Francia Márquez Mina,
En 2021, cuando nació el proyecto político “Soy porque somos”, encabezado por una mujer negra, lideresa social de la región del Cauca, representante de las poblaciones históricamente marginadas e invisibilizadas por el Estado, defensora de la lucha contra la explotación, la esclavitud y la mercantilización de la vida, sin duda fue inspirador para miles de mujeres que creímos tener, por primera vez en la historia de este país violento y misógino, una vicepresidenta a la altura de los sueños de las mujeres, especialmente de las más vulnerables de la sociedad.
Hoy vemos con preocupación cómo esa idea se ha desvanecido con el tiempo, y cómo las grandes aspiraciones a la libertad y la autonomía de las mujeres, han quedado reducidas a simples consignas de campaña. La creación del Ministerio de la Igualdad, a pesar de ser una de las grandes apuestas de este gobierno, no solo resultó ser un sueño de corto aliento, sino que, además, creó una dirección que hoy promueve y defiende abiertamente una de las esclavitudes históricas a las que han sido sometidas las mujeres: la prostitución.
La recomendación N°38 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y toda la jurisprudencia vinculante en Colombia, reconoce a la prostitución como una práctica violenta, cargada de misoginia, que menoscaba su dignidad humana y reduce a las mujeres y niñas a simples objetos mercantilizables. En este contexto de marginalidad se encuentran miles de niñas y de mujeres, muchas racializadas, migrantes, pobres, originarias de los territorios más vulnerables del país; mujeres en situaciones de precariedad, atravesadas por el conflicto, víctimas de una desigualdad sistemática que las ha colocado en las garras de la explotación sexual, alejándolas de la posibilidad de construir un proyecto de vida digno. ¿Cómo es posible que, en un país como el nuestro, con 109 casos de trata de personas en lo que va del año y 2612 víctimas de explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes (ESCNNA), sea el Estado quien cree una burocracia para la legalización de la prostitución? ¿En qué momento es siquiera concebible, en un Estado social y democrático de derecho, considerar a las mujeres y niñas como objetos que se compran y se venden?, no en uno que dice ser la potencia mundial de la vida.
La Dirección de Actividades Sexuales Pagas ha otorgado espacio y legitimidad a los cuestionados dueños de prostíbulos y estudios webcam, escenarios plagados de trata de personas y ESCNNA, articulándose con ellos y presentándolos como supuestos “empleadores” sin dar espacios a las mujeres sobrevivientes y críticas del sistema prostitucional. Además, nos han arrebatado a los grupos de mujeres, fundaciones, colectivos y organizaciones que trabajamos con víctimas de trata y explotación sexual, cualquier posibilidad de incidencia y disentimiento. Hemos sido obligadas, como en tiempos pasados, a resistir solas, asumiendo roles que le corresponden al estado, con los pocos recursos disponibles, frente a la injusticia de esta infamia y las grandes plataformas de proxenetismo.
Como ciudadanas, hacemos un llamado contundente a usted, como cabeza del Ministerio de la Igualdad, para que replantee la agenda que desde allí se quiere imponer al país y a las mujeres. Solicitamos la suspensión de las acciones inconstitucionales, dañinas y revictimizantes para las mujeres sobrevivientes de prostitución y trata de personas promovidas desde la Dirección de Actividades Sexuales Pagas, acciones que poco o nada tienen que ver con nuestros derechos, pero sí mucho con los intereses utilitaristas de quienes hoy se lucran de la prostitución de las mujeres y niñas, así como de la idea central por la que se sostienen esas dinámicas que valida nuestra deshumanización al establecer que podemos ser accedidas sin desearlo siempre que haya una transacción de por medio.
La solución para la idea de que pueden comprarnos y vendernos no es dar las condiciones para que puedan hacerlo legalmente. Hacemos la aclaración de que nuestra lucha no es contra las mujeres, es contra quienes pretenden mantener y beneficiarse de estas prácticas. El foco debe estar en quienes la consumen; no hay oferta sin demanda.
Estamos a tiempo de retomar el rumbo y ofrecer una alternativa real a las mujeres en contextos de explotación sexual, para que puedan salir de allí , cumplir sus sueños y tener una vida digna. Un buen comienzo sería dejar de darles la espalda.
Ninguna mujer nació para la prostitución”.
Pueden firmarla, si están de acuerdo con ella, en el siguiente link: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeZcXEpBgi9R_qrqmZZSQT2D9sUi-xECbGU3-GkuVWfxR1UDw/viewform
Hasta el próximo jueves.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/sara-jaramillo/