Carta abierta a Cortázar

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Déjame deslizarme entre las líneas de tus palabras, como un gato que se desliza sigiloso en la oscuridad de la noche. Permíteme recorrer los senderos de tu narrativa en un laberinto de realidades fragmentadas y perspectivas cambiantes.

En cada frase que pronuncias, encuentro la magia que solo un maestro de la palabra como tú puede conjurar.
En tu escritura, percibo el ritmo de la vida misma, un compás armonioso que se entrelaza con mis pensamientos y emociones. Me sumerjo en tus historias, donde los límites se desdibujan y el tiempo se convierte en una ilusión etérea. Me encuentro perdida en tus cuentos, incapaz de distinguir entre la realidad y la fantasía, entre el sueño y la vigilia.

Como un ajedrecista de las palabras, mueves los hilos de los personajes con destreza, creando situaciones impredecibles y revelando los misterios más profundos de la condición humana.

Me sorprendo ante cada giro inesperado, cada vuelta de tuerca que desafía mi percepción y despierta mi asombro.

Tus metáforas danzan en el aire, como mariposas inquietas que revolotean en busca de un sentido oculto. Me dejo envolver por su encanto, por la ambigüedad que se desprende de ellas, y me adentro en los pliegues de tu imaginación desbordante.

En cada palabra que eliges, puedo sentir el pulso de tu mente creativa, el vaivén de tus pensamientos que fluyen como un río indomable. Me sumerjo en tus letras, me dejo arrastrar por la corriente de tus ideas, y me pierdo en los remolinos de tus reflexiones.

En este encuentro, me convierto en un cómplice de tus travesuras literarias, en un testigo privilegiado de tus juegos de palabras y estructuras narrativas atrevidas. Me sumerjo en la realidad alterada que creas, donde lo cotidiano se vuelve extraordinario y lo extraordinario se desvanece en la banalidad de lo común.

Déjame perdida en tus cuentos, enredada en tus palabras, navegando por los recovecos de tus relatos laberínticos. Permíteme ser parte de tu universo literario, donde el absurdo y la ironía se funden en una danza fascinante. En tu compañía, descubro la belleza en la ambigüedad y el encanto en lo impredecible.

Eres un mago de las letras, un alquimista que transforma palabras en emociones, en pensamientos que se escapan de los límites de la página. Me rindo ante tu genialidad, ante tu capacidad de atrapar la esencia de la existencia en cada línea escrita. En tus manos, las palabras se vuelven instrumentos mágicos que acarician el alma y despiertan la imaginación dormida.

Déjame envuelta en el embrujo de tu escritura, como un personaje atrapado en el universo fascinante que has creado. Permíteme perdurar en tus páginas, en tus letras, en un rincón cualquiera escrito a la medida que creas conveniente; implántame en alguna esquina de la Huchette, en cualquier callejón olvidado.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/penelope-ashe/

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