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La lista crece. En la entrevista que le hizo Wílmar Martínez a Alicia Mejía en No Apto para Fanáticos, se habló de 23 candidatos a la alcaldía de la ciudad. Días después, seguían apareciendo personas con intenciones de lanzarse, poniendo la cosa más allá de los 30 individuos (pocas mujeres) y dispersando, aun más, los espectros ideológicos que se medirán en las elecciones de 2023.
El viernes me tomé un tinto con José Zuluaga, contendor político y amigo de la vida. En la conversación coincidimos en que no hay prerrequisitos claros para saber si alguien está preparado o no para ser alcalde. Digamos, mejor, que cada uno de nosotros tiene unos lentes con los que juzga si alguien puede o no serlo, debe o no serlo, pero no existen unos que sean tenidos en cuenta, masiva y públicamente, de manera más o menos uniforme, lo que creo que está bien, pues enriquece un poco el debate.
Hoy quiero aprovechar mi espacio en No Apto, no para establecer un listado de cosas por cumplir por un candidato; ya me parecen suficientemente valientes al emprender un camino tan arduo, aunque yo, personalmente, crea que a algunos los mueve más el afán de reconocimiento que su amor y compromiso por la ciudad. Quiero, retomo el hilo, hacer algunas preguntas que siento claves para la discusión democrática y que me gustaría, perdón por la pretensión, que los candidatos respondieran. Para la difusión de sus respuestas pueden contar con este portal de opinión, en el formato con el que más se sientan cómodos.
- ¿Cómo describirían la Medellín del presente?
- ¿Qué cosas de la ciudad les pone a palpitar el corazón?
- ¿Qué no les gusta de Medellín?
- ¿Qué aciertos hemos tenido en el pasado?
- ¿Qué errores hemos cometido como ciudad?
Más allá de la mecánica política en la que están inmersos casi todos, Medellín necesita hoy una visión clara, un trazado de camino, un rumbo colectivo. Está bien que piensen en votos, recursos para hacer campaña y posicionamiento de marca, cosas que serán fundamentales si de ganar unas elecciones se trata, el asunto es que pueden ganar y no ser buenos alcaldes, porque el ejercicio del gobierno requiere de gente que sueñe y ponga a soñar, que idee formas distintas de afrontar los problemas, que convoque a pactos en los que diferentes sectores e intereses puedan converger, y no solo de conseguir electores a punta de calculadora.
¿Creen tener la capacidad para liderar a Medellín? Empiecen por responder a preguntas como estas -y otras que se está haciendo la ciudadanía-, ausentes en la mayoría de las conversaciones que están teniendo.
Inspiren antes de aspirar.