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El Gobierno de Gustavo Petro lleva casi un año y medio en el poder, en el que han sido más notables sus escándalos que sus logros. Hay cosas de las que me arrepiento pero, ciertamente, no haber votado por Petro no es una de ellas.

Como politólogo en formación, me intrigaba qué pasaría durante esta administración, pues Colombia tenía una deuda histórica con la izquierda en el Ejecutivo. Ahora creo que es probable que el presidente siga naufragando entre escándalos y ventas de humo, que los más de dos años que le faltan serán eternos y costosos para el país, y que los ciudadanos tal vez busquen refugio en la derecha rancia para 2026.

El Gobierno que tanto le apostaría al deporte dejó perder a Barranquilla como sede de los Juegos Panamericanos de 2027, un evento que traería millones de dólares en inversión. El giro que debía consignarse a la Organización Deportiva Panamericana nunca se realizó, y el presidente nunca dio explicaciones claras ante lo que calificó como un hecho de simple “ignorancia”. Entretanto, la primera ministra del Deporte que tuvo Petro, María Isabel Urrutia, trinó en julio de 2022, días antes de asumir como ministra, que debía ser “la administración entrante” quien decidiera si “confirmar o cancelar dichos juegos en Colombia”, trino que después negó alegando un “hackeo”, más de un año y medio después.

Sin embargo, sí ha habido plata para pagar un arriendo en Davos, Suiza, de 752 millones de pesos, con el objetivo de promocionar el turismo en el marco del Foro Económico Mundial. Además, el total del contrato, de $4850 millones, incluye cifras como las de $390 millones en alimentos, $144 millones en un Jeep y $342 millones en una pantalla LED, según El Colombiano. Obviamente, el presidente justificó la inversión —¿o derroche?—, afirmando en X que “decenas de miles de personas de todo el mundo” observan la campaña, a pesar de que en los videos sólo se vean unas pocas.

El gasto excesivo de recursos públicos parecía ser polémico para Petro hasta que se convirtió en presidente, pues cuando era senador y candidato presidencial lo cuestionaba en viajes de otros mandatarios; ahora, ha sido el presidente que más ha viajado en su primer año completo de gobierno (más que Santos, Uribe y Duque). De acuerdo con La Silla Vacía, estuvo 91 días por fuera del país en 2023, obsesionado con que los otros países lo conciban como un líder mundial. Esto recuerda también a cuando le reclamó a Iván Duque, entonces candidato, por hablar de la situación entre Israel y Palestina mientras había guerra en Arauca. Parece habérsele olvidado dicho reclamo, ya que ahora se cree activista por los derechos de los palestinos, y está más pendiente de los muertos de Gaza que de Colombia.

Por último, no sobra mencionar a Verónica Alcocer, primera dama de la Nación que, según La Silla Vacía, se beneficia de funcionarios que ocupan cargos que no tienen relación con las funciones que ella desempeña. Un ejemplo es Fady Flórez, que recibió más de 120 millones de pesos en honorarios entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023, al estar contratado a través de RTVC como asesor de imagen de Presidencia en esa entidad; pero, realmente, se desempeña como maquillador y vestuarista de Alcocer. Cabe recalcar que todos los gastos fueron justificados por Presidencia en un comunicado escueto.

Más de un defensor del presidente dirá que estas prácticas de despilfarro son de todos los gobiernos pero, ¿no era este el gobierno del cambio? ¿No será que ya se hubieran presentado marchas o protestas por parte de los sectores que apoyan a Petro si este derroche viniera por parte de un gobierno que no fuera el suyo?

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mejia/

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