La iniciativa ‘Bogotá Cómo Vamos’ acaba de presentar los resultados de su encuesta de percepción. Aunque se ha venido realizando desde 1998, desde hace un par de años tuvo que cambiar su metodología debido a que la pandemia dificultó la realización de encuestas presenciales. Aun así, es el único instrumento en la actualidad para conocer con un poco más de detalle, cuál es el clima de opinión en la ciudad frente a la situación de la ciudad y la valoración de sus principales problemas.
Más allá de la discusión sobre las implicaciones del cambio en la metodología de la encuesta de percepción ciudadana de Bogotá Como Vamos, efectuado desde el 2020, me llamó poderosamente la atención un dato, al cual me he referido antes en este mismo espacio, que tiene que ver con el pesimismo en Bogotá, ya que otra encuesta, con otra metodología llegó a un dato similar: el pesimismo es alarmantemente mayoritario en Bogotá.
No estoy muy seguro de si en estricto sentido podríamos denominar ‘encuesta’ al proceso de recolección de datos, a través de Facebook, adelantado por ‘Bogotá Cómo Vamos’. De hecho, en la ficha técnica advierten que no se cuenta con un ‘marco muestral’, debido a que se trata de una muestra por ‘autoselección’.
En fin, más allá de la discusión técnica, sobre la solidez de la encuesta virtual, lo que sí parece ser claro es que el cambio en la metodología puede afectar la comparación temporal de los datos. En estricto sentido, los resultados de esta encuesta virtual solo podrían compararse con los resultados del 2020 y 2021, cuando se utilizó el mismo método de obtención de información. El problema es que el 2020 fue mucho más atípico: cambió el comportamiento de la sociedad y cambió el instrumento de medición.
Pues bien, la ‘encuesta virtual’ de ‘Bogotá Cómo Vamos’ arrojó como resultado que, para noviembre de 2021, el 75% de los encuestados consideraban que las cosas en la ciudad iban por mal camino. Por su parte, la firma Invamer, aplicó su encuesta, también a finales de 2021 y obtuvo un dato similar: el 82% consideraban que las cosas están empeorando en Bogotá. Distintas metodologías, distintas firmas, pero un resultado similar: las dimensiones del pesimismo en Bogotá son abrumadoras.
A veces me pregunto ¿cómo hace para sobrevivir una sociedad que tiene una imagen tan negativa de su propio futuro? ¿resignación? Lamentablemente el alcance del sondeo realizado por ‘Bogotá Cómo Vamos’ no tiene por objeto responder esta pregunta, sin embargo, vale la pena plantearla como objeto de estudio en una disciplina como la sociología, pero también como problema público, dado que podría tener efectos en otros campos, relacionados con las expectativas a futuro como la inversión o incluso el ambiente para la creación de empresas ¿podrían ser más altas si lográramos atajar el pesimismo?
No quiero forzar el sondeo para ponerlo a decir cosas que no dice. Sin embargo, al dar un vistazo al cuestionario, es evidente que el mayor problema, por lo menos entre los planteados en la metodología de ‘Cómo Vamos’ es el de la inseguridad. Solamente el 4% de los encuestados dijo sentirse seguro en la ciudad; es más, el 88%, es decir, incluso por encima del pesimismo, manifestó sentirse inseguro. Hace un año, con la misma metodología de “encuesta virtual” el 7% se sentía seguro y el 81% inseguro.
¿Solo percepción? No. Un indicador complementario, y sobre e cual he insistido que debería ser tomado en serio por los alcaldes en Colombia, el de victimización complementa esta lectura. El 39% manifestó haber sido víctima de algún delito durante 2021. Aunque se redujo con respecto a la medición de 2020 (46%), si siendo un problema de unas dimensiones muy graves. La alcaldía podría entrar a cuestionar estos resultados, pero no puede porque sencillamente no existe una medición oficial.
Aunque como he advertido, es poco aconsejable comparar los resultados de las “encuestas virtuales” realizadas por Bogotá Cómo Vamos entre 2020 y 2021, con las contratadas a Napoleón Franco en años anteriores, vale la pena recordar que para 2019, la tasa de victimización registrada por dicha encuesta estuvo en 27%. Queda la duda sobre si durante el gobierno de Claudia López ha aumentado o no la cantidad de personas que manifiestan haber sido víctimas de un delito.
¿Somos abrumadoramente pesimistas por la inseguridad? No es posible inferirlo del resultado de la ‘encuesta virtual’, pero valdría la pena considerarlo a manera de hipótesis. La otra cara de la moneda es que la expectativa de futuro puede verse afectada también por la percepción sobre la capacidad de respuestas de los gobiernos frente a los problemas que enfrentan.
Aquí es donde la estrategia de negación de Claudia López puede estar contribuyendo a agravar el problema del pesimismo: mi hipótesis es que los problemas públicos, especialmente el de la seguridad, tienden a generar pesimismo en la sociedad, pero es más grave cuando un alcalde utiliza el eslogan “Bogotá está mejorando” cuando la ciudadanía siente y percibe una cosa distinta en la calle. Al ver que el gobernante no está reconociendo la gravedad de un problema, podría aumentar la desconfianza y por supuesto el pesimismo frente a la posibilidad de darle una solución.
Hoy hay una desconexión bastante profunda entre lo que pretende comunicar Claudia López y lo que siente la gente en la calle. Bogotá no está mejorando como lo asegura la línea oficial de la alcaldía. Ese eslogan no sólo no es creíble, sino que choca de frente contra lo que siente la gente. Por supuesto que tenemos suficientes razones para sentirnos orgullosos de Bogotá, y así lo manifiesta más del 40%, que debería ser más, pero sorprende que no sea menos si se tiene en cuenta el nivel de pesimismo al que me he referido.