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Doce incendios se han presentado en los últimos días en Medellín. Manrique, Villa Hermosa, Robledo, Altavista, Santa Elena, Buenos Aires, El Cerro de las Tres Cruces, La Honda, Palmitas, Pedregal, El Picacho, Las Tinajas y otros sectores fueron cubiertos por las llamas esta semana.

Vimos con impotencia cómo ardían los bosques de nuestras laderas, desde distintas partes del valle se vieron durante horas las imágenes del fuego consumiendo distintas zonas boscosas de Medellín, como en la noche del viernes en los bosques del Seminario, cerca al túnel de Oriente. Hasta muy tarde vimos las llamas que en la distancia se asemejaban a una cinta roja en la montaña, como un látigo de fuego cuyo brillo se reflejaba en el humo durante la noche.

Las cifras son dolorosas y alarmantes: a la fecha se ha presentado un aumento de 395% en los incendios forestales en Medellín, mientras en 2022 por estos días se habían registrado 22 incendios que afectaron 9 hectáreas, este año ajustamos 97 y una afectación de más de 40 hectáreas.

Las consecuencias son devastadoras: destrucción de la cobertura vegetal que le queda a la ciudad, la muerte de aves, mamíferos, reptiles y demás especies de fauna que habitan Medellín y pérdida de sus ecosistemas, y la afectación calidad del aire.

El fenómeno del Niño llegó a Medellín, ya no es una proyección hidrometereológica sino una realidad. El informe del grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ya había advertido que el aumento de 1.5 grados centígrados en la temperatura mundial se empezaría a presentar a partir de 2027 y no para el año 2100, como inicialmente se había pronosticado.

Los grandes héroes de esta crisis son los bomberos de Medellín, que articulados con la Fuerza Aérea Colombiana, la defensa civil y otras instituciones, en jornadas de más de 18 horas de trabajo lucharon contra las llamas y controlaron todos los incendios, apoyados con helicópteros con sistema bambi-bucket (una canastilla que permite recoger entre 270 y 600 galones de agua para lanzarlos sobre los incendios) y cuya descarga ahorra entre tres y cinco horas de trabajo de los socorristas en tierra. La Fuerza Aérea descargó en dos de los incendios más de 4.000 galones de agua en nueve vuelos. Gratitud y aplausos de pie para nuestro cuerpo de bomberos.

Es urgente que Medellín implemente políticas públicas y acciones de adaptación y mitigación al cambio climático y a la crisis ecológica. Esta administración ya no lo hizo, si la próxima alcaldía de Medellín no toma medidas contundentes en esta materia, será demasiado tarde.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-jaramillo/

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