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¿Cuándo vamos a dejar de culpar al camión por llevarse todo junto? Esa es la respuesta fácil a un problema que comienza en cada casa y en cada persona.
Al entender muy poco las consecuencias que tiene la forma actual en la que tratamos los residuos y desechos que generamos, no percibimos realmente al punto al que estamos llegando y las implicaciones que eso va a tener sobre cada ser vivo en este planeta.
A causa de los múltiples avances tecnológicos, hemos generado millones de soluciones a los problemas que tenemos en el día a día, haciéndonos la vida más fácil; ahí no hay mucho que debatir, eso ha permitido que como humanidad logremos cosas increíbles. Sin embargo, al romper con los ciclos naturales de los elementos y materiales, hemos comenzado a acumular una cantidad tan absurda de desechos, que ya no es raro encontrarlos en, literalmente, cualquier parte. Se volvieron parte del paisaje normal que nos acostumbramos a ver. Son tan comunes, que son pocos los que cuestionan su existencia y su origen en primer lugar, porque cuestionarlo implicaría hacerlo consigo mismos, y nadie quiere eso, ¿cierto?
Y eso es porque nadie quiere tomar la responsabilidad que viene de hacerse cargo de los residuos generados, nadie quiere darles su lugar y ver que en ellos se ven reflejadas nuestras prioridades y nuestra forma de ver la realidad. ¿Es tan profundo? Yo creo que sí, porque a un nivel de conciencia mayor sobre la propia existencia, las acciones y las consecuencias, va a recoger todo lo que entra y sale de esta. Tanto desde niveles emocionales, mentales y espirituales, también todos los objetos y cosas que pasan por nuestros cuerpos y vidas, reflejan quienes hemos decidido ser, haya sido consciente o no. Nunca es tarde para comenzar, pero cada día es más urgente. Estamos al borde de colapsos tan grandes que no nos alcanzamos a imaginar. Y lo gigante del reto implica que hagamos cambios grandes en la manera en la que vivimos. Pero como con todo, hay que comenzar pequeño, ¿y por dónde? En mi opinión, hay que empezar por evaluar nuestros hábitos y modelos de consumo, ¿qué compramos? ¿por qué? ¿en qué materiales? ¿dónde lo fabrican? ¿qué implicaciones tienen sus residuos? ¿lo necesito? Ahí solo algunas cositas que nos podemos comenzar a preguntar desde hoy, y así darle más conciencia y libertad a nuestras decisiones.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-perez/