Se estima que en Colombia hay más de 300.000 especies de hongos, de las cuales solo tenemos reportadas 7.273. Menos de 500 de esas especies reportadas son utilizadas en la industria farmacéutica, biotecnológica y alimenticia. Si tuviéramos la posibilidad de imaginar agendas públicas desprovistas de las ataduras políticas, sociales y morales que, en múltiples ocasiones, nos han anclado al pasado y que no nos han permitido llevar a cabo las reformas valientes para transformar al país, podríamos encontrar soluciones en los lugares que menos esperaríamos. Hoy quiero jugar a candidato presidencial del país del nunca jamás, y contarles cómo los hongos nos pueden ayudar con los retos que tiene la humanidad en este siglo.
Incentivar la industria de hongos. “Los hongos son el futuro de la moda”, dijo Stella McCartney en la apertura de su desfile de modas en París. Allí dio a conocer su bolso hecho enteramente con Mylo, cuero vegano fabricado con raíces de setas. En palabras de ella: “esta es una transición del pasado al presente, los hongos son el futuro de la moda”. Esto no es descabellado. Adidas anunció que lanzará una línea de zapatos fabricada parcialmente con este material, en una apuesta por buscar alternativas sustentables a los materiales utilizados en una de las industrias más contaminantes. La industria colombiana puede aprovechar su lugar privilegiado en el trópico y explorar los diferentes usos industriales que nos ofrecen los hongos.
Hongos especiales: comer, degustar y alimentar. Sí, así como en Antioquia se desarrolló un programa público exitosísimo llamado Cafés Especiales, podemos llevar esa experiencia a la gastronomía de hongos. Es una tendencia mundial la exploración y el consumo de hongos como sustituto de ciertos alimentos y como suplemento dietario para mejorar la comunicación neuronal, la digestión, la memoria y la concentración. Existen especies de hongos comestibles como reishi, shiitake y cordyceps que mejoran el sistema inmune y ayudan a tratar dolencias relacionadas con altos niveles de colesterol.
Incorporar a los hongos en los protocolos de restauración de ecosistemas destruidos por actividades de alto impacto ecológico. Los hongos cumplen un papel fundamental en la mitigación de los impactos del cambio climático. Ayudan a regenerar la biomasa, atraen y sirven de alimento a insectos y animales y devuelven los nutrientes a la tierra, lo cual ayuda a la fertilización y al crecimiento vegetal. Todo esto sin contar con su capacidad obturadora del CO2 y su papel en el transporte de nutrientes de los bosques. La utilización de hongos micorrízicos arbusculares en las prácticas de restauración ecológica muestran un camino que debe ser explorado masivamente en un momento en el que estamos perdiendo la carrera contra el cambio climático.
Incentivos a la investigación biotecnológica para la descomposición de materiales no renovables. En 2018 se publicó un informe en el que más de 100 científicos de 18 países documentaron que ciertos tipos de hongos degradan con éxito el poliuretano en semanas y no décadas, como se espera. El informe insta al estudio en profundidad del mecanismo que les permite a los hongos hacer esto y cómo aplicarlo de manera sostenible. Colombia debe tener un papel en esta serendipia que puede salvarnos de nosotros mismos.
Hongos Mágicos contra la pandemia del siglo XXI: los trastornos emocionales. Desde mediados del siglo XX se ha documentado la capacidad de las sustancias psicodélicas en el tratamiento de la depresión y otros trastornos mentales. Dichas investigaciones se pararon a causa de la llamada guerra contra las drogas en los años sesenta. Hoy, en el renacimiento de la revolución psicodélica -asunto que espero sigamos conversando en esta columna-, la comunidad científica ve en la psilocibina, la sustancia de algunos hongos encargada de provocar un estado alterado de conciencia, el futuro de los tratamientos clínicos psiquiátricos. La terapia con psicodélicos no será un asunto menor en el futuro cercano. Colombia debe asumir este momento con la seriedad del caso. Las restricciones legales y los tabúes morales no pueden ser obstáculo para el uso adulto de los psicodélicos y la investigación terapéutica. Es una conversación que no podemos retrasar más.
Como dice Ilia Leith, científica de Kew Botanical Gardens: “Existe este reino misterioso y oculto que sustenta la mayor parte de la vida en la tierra. Simplemente no sabemos lo suficiente sobre ellos, pero podría proporcionar respuestas a algunos de los mayores desafíos de la humanidad”. Con el potencial que Colombia tiene ¿seguiremos permitiendo que las ataduras del pasado nos impidan insertarnos en los retos que tiene la humanidad en el presente?