Hace dos años estábamos completando en Colombia un angustiante mes de encierro. Un mes de una cuarentena que pocos sabían cuánto duraría y peor aún, se desconocían los graves efectos sociales y económicos que traería esta medida que buscaba contener las infecciones de una pandemia de la que tampoco conocíamos mucho, ni los muertos, ni el dolor que traería, ni los cambios de corto, mediano o largo plazo que tendríamos. Sin embargo, hoy, 2 años después, al menos en Colombia, podemos hablar de estar ya más del otro lado, incluso en cuanto a recuperación económica se refiere; tema sobre el que se puede decir que vivimos una verdadera resurrección.

A nivel global, el costo de la pandemia tuvo un significado bastante alto, ya que, según el Fondo Monetario Internacional, el PIB global promedio se desplomó en un 3.9% de 2019 a 2020, lo que la convierte en la peor recesión económica desde la Gran Depresión.

En Colombia, uno de los efectos económicos más inmediatos de la pandemia fue la caída de la producción en diferentes sectores económicos, la reducción del consumo privado y la pérdida de empleos. En 2020, la economía colombiana se derrumbó 6,8%, más de 500.000 micronegocios cerraron, la confianza industrial cayó a los niveles de 1980 y se llegó a contar 4,1 millones de desempleados. Esta situación, acarreó que Colombia viviera su primera recesión en el Siglo XXI, después de 20 años de estabilidad.

Pese a este infierno que en términos económicos se vivió, el país logró salir adelante, el país resucitó, porque alcanzar el crecimiento más alto de los últimos 115 años después de esta tragedia, no puede ser llamado de otra forma que una “resurrección”; que se refleja en el 10.6% de crecimiento del año 2021, sumado al 5% proyectado para 2022.

Además, importante decir, como lo manifestó recientemente el Ministro de Hacienda, este crecimiento de la economía a niveles históricos no fue un efecto rebote, ya que se creció frente al 2019, es decir, contra un año en el que no había pandemia. En cambio, este comportamiento favorable se debe a la capacidad de los colombianos para superar momentos de adversidad; así como al papel del sector productivo, que se reinventó y aportó a la recuperación con sentido solidario. De esta manera se ha recuperado el 85% de los empleos que se perdieron por la pandemia

El plan de vacunación también fue clave en el marco de este crecimiento, toda vez que permitió retornar a la normalidad de manera rápida y sostenida.

No obstante, no todo es color rosa. La inflación, con unos niveles del 8.53%, nos está dañando la fiesta y da un halo de escepticismo en esta resurrección económica. Un asunto impulsado por los altos precios internacionales de los insumos por una logística internacional que no se ha podido recuperar de la pandemia, pero también ocasionado por el mismo gobierno con decisiones como la de la excesiva pero necesaria expansión del gasto fiscal y el incremento histórico del salario mínimo. Como lo dijo en el siglo XVIII, el científico y escritor alemán Georg Christoph Lichtenberg: “La inflación es como el pecado; cada gobierno la denuncia, pero cada gobierno la practica”.

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