Hay conversaciones frecuentes cuando uno es periodista. ¿Hay una crisis del periodismo?
Es una pregunta casi que por el ser: ¿quién soy?
Concuerdo con la teoría de mi amigo Mario: no es una crisis del oficio, sino sobre el modelo periodístico. La falla está en cómo se cuentan las historias, y cuáles —y al servicio de quién.
Por supuesto que hay otros aspectos, como el tema económico: cómo sostenerse. Qué límites sobrepasar para seguir, sobre todo de los medios hegemónicos que dependen de la pauta y de aliarse con entidades privadas y sus intereses.
Por supuesto, está la gran batalla por la información, en un mundo donde hay un acceso ilimitado con muchos canales, como las redes sociales, por donde llegan incluso en tiempo real.
Estamos en ese punto, además, donde se confunde información con opinión. Ahora cualquiera informa y opina.
El problema no es del oficio porque desde hace mucho tiempo cualquiera puede ser periodista. La radio, la televisión y los periódicos han estado llenos de personas que no estudiaron periodismo, pero que se han formado en el oficio.
El dónde se lee la información es una responsabilidad de la persona que elige dónde informarse. Si el medio pierde credibilidad, o su audiencia dejó de buscarlo y prefiere creer en un influencer o en las cadenas de Whatsapp, ese sí es su problema (según datos del Reuters Institute, el consumo de las principales marcas sigue disminuyendo, en parte debido a la evasión de noticias (44%), los bajos niveles de confianza (35%), la desinformación online y la polarización —leer el reporte completo—).
¿Por qué se prefiere a un influencer, por ejemplo? Por cómo se cuentan las historias. Ellos saben cómo mantener a su audiencia y jugar las reglas de las redes. Me gusta la metáfora de Mario: los medios necesitan plata, entonces informan como lo hacen los influencers: SEO, clickbait, gatos, farándula, diversión, videos, tendencias. Y pues eso lo hacen mejor los influencers que son peces en ese mar, mientras los medios son como perros, saben moverse, pero no son acuáticos.
De ahí que vemos un montón de notas idiotas al por mayor para ganar clics. Artículos que no son noticia, que son chisme: Shakira pestañeó.
La credibilidad y el cómo se cuentan las historias para un medio son esenciales, y es la manera de luchar en esa guerra contra la información. De las primeras cosas que a uno le enseñan cuando estudia periodismo es que hay que gastarse los zapatos, salir, y el periodismo del clic se hace desde la silla, porque para hacer veinte notas en un tiempo récord, pues no queda más que usar el teléfono, el internet y chatGPT.
Cada vez nos llenan de artículos así: Las cinco ciudades más bonitas de Colombia según la IA, esta es la clave de la felicidad según ChatGPT, Inteligencia artificial reveló cuáles signos del zodiaco recibirán una gran sorpresa económica a mediados de julio de 2025 (ejemplo de la vida real).
La nueva fuente es la IA, según ChatGPT. Ya no llamamos al experto, le preguntamos a la IA. Con qué tiempo. Y la IA no dice nada nuevo, recoge lo que está en la web, lo que le enseñamos.
Nos vendemos al sistema porque al final no son muchas las opciones (la precarización laboral en el gremio es grande), porque hay que ganar experiencia laboral, porque hay que comer, ¿no?
Y bueno, también, y Mario lo dice mejor: los periodistas, como todos, también sufrimos de un mal de nuestra época: la falta de curiosidad, la muerte lenta de las ganas de saber, preguntar, aprender, el declive de la imaginación.
Cuando todo eso se junta, pues claro, el panorama es un cliché: sentarnos a llorar.
Supongo que mirar desde afuera es más fácil.
Hay esperanza, sin embargo, en los medios independientes. El Hilo, Vorágine, El Armadillo, Casa Macondo… esos que investigan, van a las regiones, hablan con gente, hacen reportería, van más lento. Cosas que parece que los medios tradicionales olvidaron —o que están en otras búsquedas. El problema es que sostenerse es difícil, y este año —según preocupaciones comunes— parece que está peor.
Pero quizá es eso lo importante: esos que creen y no se rinden.
Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/monica-quintero/