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En días pasados murieron dos niños con enfermedades “huérfanas y raras” por falta de medicamentos en el sistema de Salud. Ante la situación, al Ministerio de Salud sólo se le ocurrió decir en un comunicado escueto que habían fallecido por “condiciones ineludibles de salud”, así como que “uno de ellos se encontraba en cuidados paliativos desde inicios de la vigencia 2023” y que “la situación no se asocia a la falta de atención o entrega de medicamentos sino a la patología misma”. Básicamente, como ya estaban enfermos, el Ministerio de Salud le echó la culpa a la enfermedad; se lavó las manos sin admitir que los niños murieron por falta de medicamentos.

La madre de una de ellas calificó la respuesta del Ministerio como una “falta de respeto”. Según un reportaje de El Colombiano, su hija duró casi un mes sin recibir la dosis suficiente del medicamento que necesitaba para la epilepsia, Topiramato. Dejaron de entregárselo por la EPS y la madre no tuvo cómo comprárselo más. MinSalud dijo en su comunicado que no había riesgo de desabastecimiento de ese medicamento, y le echó la culpa de manera indirecta a las EPS.

A la madre de otro de ellos también le dijeron desde su EPS que el medicamento que su hijo necesitaba estaba desabastecido; le asignaron otro que no tenía el mismo efecto, hasta que eventualmente se le acabó. Se volvió imposible para ella comprarlo por su cuenta, debido al costo y la necesidad de una autorización para su venta, hasta que la salud del niño empeoró y él falleció.  

Entre el Gobierno, las EPS y los diferentes gremios se chutan la pelota, mientras hay congresistas que aseguran que la plata que el Estado gira a las aseguradoras no es suficiente. El sistema tiene falencias desde hace mucho, pero con la reforma de Salud que el Gobierno actual quiso imponer a las malas, la crisis ha empeorado. Le he escuchado a médicos cercanos que antes podía haber demora para entregar los medicamentos por parte de las EPS, pero que no había desabastecimiento. Y se presenta, por ejemplo, para enfermedades psiquiátricas y autoinmunes, en las que no tener medicamentos representa un grave riesgo.

Ya el debate no es que las EPS cubran o no su costo, porque ya no hay medicamentos por cubrir, muchos de ellos esenciales. Mientras, Carolina Corcho, exministra de salud, estuvo promoviendo una “red ciudadana solidaria” para ofrecer asistencia en acceso a medicamentos, citas y procedimientos a través de su persona. ¿Cómo no pensar que se están sacando réditos políticos de aquello? ¿Qué confianza puede haber en el sistema si toca utilizar a una exministra como intermediaria? ¿Sólo se consiguen medicamentos si se es cercano a la exministra? Al sistema de Salud le hacían falta reformas, pero la crisis de ahora es cada vez más preocupante, y al Gobierno parece importarle más hacer tiktoks, enredarse en retórica y pelear con las EPS y los privados, que ofrecer medidas que mitiguen la crisis. Cada vez serán más las víctimas, y no parece haber quién responda por ellas.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mejia/

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