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Lago en el cielo

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Han pasado catorce años desde aquel 15 de mayo de 2010. Cuando se apagaban los resplandores de los reflectores en Caracas, Gustavo Cerati se despidió de forma escueta «Hasta la próxima, chao». Sin saberlo, se estaba despidiendo para siempre. Después del temblor, lo que vino fue un sueño profundo del que no despertó.

La huella que dejó Cerati en la historia de la música latinoamericana es indescriptible. Tocó junto a los grandes, como Mercedes Sosa y el Flaco Spinetta. Como el Flaco murió en 2012, cuando Cerati se encontraba en coma, existe un dicho popular que canta “el Flaco nunca supo si Cerati se despertó, y Cerati nunca supo que el Flaco murió”. Si se quiere rememorar un momento asombroso de ambos, vale la pena recurrir a Spinetta y las bandas eternas, donde tocaron Bajan, del Flaco y adaptada por Cerati, y Té para tres, original de Soda Stéreo.

Soda fue una de las etapas más importantes de su vida. Junto a Zeta Bosio y Charly Alberti, Cerati dejó huella en todo el continente con canciones como Persiana Americana, Signos, Corazón Delator, En la ciudad de la furia y Entre caníbales. Recordando El Último Concierto de Soda, en Buenos Aires, en el que Cerati se despidió con su icónico ¡gracias totales!, hoy los invito a que seamos nosotros quienes elevemos ese agradecimiento a su existencia y su obra. Desde lo mainstream de Soda Stereo hasta el Gustavo más reflexivo, experimental y poético de su carrera como solista.

Cerati fue, como todos nosotros, un ser humano de contrastes. A veces nos es difícil entender que nuestros ídolos, por brillantes que sean, también sienten, sufren y llegan al límite. El paredro público los pone en un foco de atención y presión que normalizamos, pero del que cualquier ser humano puede llegar a descubrir muchas de sus sombras. Creo que Cerati fue uno de esos ídolos que tocaron fondo y no pudieron salir de allí.

La última canción que tocó, a modo premonitorio, fue Lago en el cielo. Después de eso siguió su tránsito a la eternidad, porque ya lo había comenzado desde hace mucho.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mejia/

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