¿De quién son las marchas?

¿De quién son las marchas?

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A los políticos siempre les ha encantado quitarle agencia a la acción colectiva. Les fascina decir que la manifestación social sirve a sus intereses: afirman que esta se trata siempre de sus logros; su ideología; sus propuestas; su identidad, o al contrario, que son para perseguirlos; para atacarlos; para victimizarlos. Son muchos los que buscan acomodar el sentido de cualquier protesta social al fondo de su agenda.

Como esto no es nuevo, me sorprende ver personas apasionadas por el análisis político cayendo en el juego. Políticos y opinadores de manera trivial, descalificaron las marchas del 21 de abril como un pulso único de la derecha representada en el CD y Cambio Radical; así como otros -y algunos de los mismos-, se dejaron convencer de que las marchas del 1 de mayo eran supuestamente a favor del gobierno.

Las protestas del 1 de mayo tienen mucha historia como para decir que porque son de origen obrero; necesariamente están a favor del gobierno Petro -del orden institucional presente-, de ahí que tampoco tiene sentido decir que porque Daniel Quintero y su combo salieron marchar; todos los otros marchantes legitimaban su proyecto político o lo hacían junto a ellos en unidad ideológica. Lo mismo pasó el 21 de abril: era ignorante e injusto decir que todos quienes se manifestaron en contra del gobierno, lo hacían en defensa del proyecto político del Centro Democrático, que eran uribistas y peor, paramilitares.

Cuando se trata de manifestaciones multitudinarias, muy difícilmente se puede otorgar absoluta responsabilidad a una figura unitaria, es decir: “el presidente”, “el Centro Democrático”, incluso es inexacto decir cosas tan generales como “la derecha”, “la izquierda”.

Las manifestaciones le pertenecen únicamente a la acción colectiva, son al tiempo de todos y de nadie en específico. Entonces, se puede marchar por los derechos de los trabajadores al lado de Alex Flórez mientras este marcha a favor de Petro; y se puede marchar con los que dicen “muerte a Petro”, oponiéndose a su gobierno sin estar de acuerdo con tal extremo. Mejor dicho, uno marcha por lo que cree y no escoge lo que creen los otros marchantes, de hecho, uno no escoge quién más sale a marchar.

¿Qué se puede decir con certeza sobre las marchas de esta y hace unas semanas? Primero, hay una importante e inmensa cantidad de personas en desacuerdo con el rumbo del país que exigen un cambio radical al gobierno. Segundo, el intento de Petro de aprovechar el 1 de mayo para convocar marchas en su apoyo dificulta ver la coyuntura política como un pulso de marchas, es imposible decir que el 1 de mayo y el 21 de abril se contraponen. Finalmente, en la evidente polarización, hay un creciente interés por la participación política evidenciado en la acción colectiva; los políticos son conscientes de eso y ni cortos ni perezosos, intentan apropiarse de la agencia de miles de ciudadanos.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/

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