Marea baja

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El viernes de la semana pasada, el Banco de la República anunció una reducción de 50 puntos básicos en la tasa de interés de política monetaria, disminuyendo del 12,75 al 12,25%. Este anuncio contrasta con la solicitud inicial realizada por el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, que era considerablemente más ambiciosa.

¿Qué implicaciones tiene esta medida desde el punto de vista económico y por qué es tan relevante para la economía colombiana?

Imaginemos una situación similar a la de una marea alta en la playa. Al principio, la marea alta solo provoca que los habitantes muevan algunas sombrillas de playa y ajusten sus ubicaciones. Con el tiempo, el agua avanza aún más, obligando a la población a tomar medidas para proteger sus pertenencias, como construir barreras de palos y piedras. Sin embargo, estas defensas resultan insuficientes a medida que el agua sigue subiendo, lo que lleva a algunos residentes a trasladar sus bienes a zonas más seguras. En casos extremos, algunos podrían optar por abandonar la playa por completo debido a los daños causados por la invasión del agua.

Este ejemplo sencillo ilustra de manera similar lo que ocurre con la inflación cuando aumenta. La inflación, que algunos ven como la pérdida de poder adquisitivo y otros como un impuesto sobre los más desfavorecidos – de esto hablaremos en otra columna – , es un indicador crítico para la población. Indica cuánto más costoso se ha vuelto satisfacer las necesidades básicas y cuánto más dinero se requiere para comprar los mismos productos que antes. Dada su gravedad y complejidad, la inflación es un indicador de suma importancia que puede afectar gravemente a un país.

La tasa de interés es una herramienta efectiva para controlar la inflación, ya que regula el flujo de dinero en la sociedad. Al ajustar la tasa de interés, se puede influir en los niveles de endeudamiento de la población y en los costos de las inversiones.

Durante más de un año, Colombia ha experimentado altas tasas de inflación, lo que ha llevado a tasas de interés elevadas para frenar el gasto y el consumo. Sin embargo, estas altas tasas también han tenido repercusiones negativas en las inversiones y el crecimiento económico, ya que encarecen los costos de endeudamiento e inversión.

Recientemente, con la disminución de la inflación y el estancamiento del crecimiento económico, el Banco de la República ha decidido reducir las tasas de interés para estimular el consumo y la inversión, similar a cómo los residentes regresan cautelosamente a la playa cuando la marea baja.

Es importante destacar que, a pesar de las presiones del gobierno, el Banco de la República ha mantenido su independencia y ha tomado decisiones cautelosas para proteger la economía. Es crucial no ceder a las demandas de reducir las tasas de interés de manera precipitada, ya que esto podría desencadenar efectos adversos en la inflación y perjudicar a la sociedad.

Es alentador ver que se han tomado medidas prudentes para estimular la economía, pero también es necesario reflexionar sobre si estas medidas son suficientes. Tal vez sea el momento de considerar alternativas y aprovechar los años de investigación en este campo para encontrar soluciones más efectivas. La situación actual nos recuerda que las medidas convencionales pueden no ser adecuadas, especialmente en un país con una gran población vulnerable como Colombia, entendiendo que, aunque la marea ya es baja, no fuera la barrera de piedras y palos, la que nos salvó de los estragos que generó en el camino.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/carolina-arrieta/

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