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Esta semana estuve en un open-mic a pocas cuadras de mi universidad. Para quien no sepa, se trata de un espacio de micrófono abierto donde la gente puede salir al escenario a decir lo que sea, en este caso, pequeños esquetches de comedia medio preparada y medio improvisada.
Alguien habló de viajes y estereotipos y al cerrar su acto el presentador preguntó al público “¿de qué nacionalidad son las personas más malas?”, sólo una persona respondió y dijo: Colombia.
Esta misma semana Netflix llevó a acabo la hazaña publicitaria de poner un camión a aspirar cocaína en pleno Paris para promocionar su serie Griselda, otro éxito dentro del género de las narco-series ambientadas en Colombia.
Estas cosas me llevaron a pensar en una pregunta que ví en redes sociales y que parafraseo así: ¿Es posible cambiar el relato sobre Colombia que hay en el mundo? Por supuesto existen muchos relatos, pero ciertamente el de los malévolos (aunque aparentemente súper heróicos) narcotraficantes ha sido por décadas el principal relato de Colombia afuera. De hecho, recuerdo desde pequeño escuchar que a los colombianos en el exterior les preguntaban por Pablo Escobar y la cocaína.
Yo creo que sí es posible cambiar el relato, para ilustrar mi opinión le ofrezco al lector una historia.
Hace un par de meses fuimos a una caminata, el organizador era un estudiante de Turkemenistán, para quien no sepa, en términos generales hay mucha solidaridad entre musulmanes, así que tal convocatoria fue especialmente popular entre compañeros de Pakistán, Egipto, Bangladesh y algunos otros otros.
Con otros me refiero a mi, un par de amigos más y Johny, un alemán que se encuentra de intercambio en el pregrado de economía que ofrece mi misma escuela. En un punto del trayecto, a algunos de nuestros colegas musulmanes y otro amigo chino les pareció que sería gracioso pararse sobre una plataforma y saludar a Johny con el saludo Nazi.
De manera muy amable Johny les explicó que si hacían eso en Alemania podían esperar una golpiza y pasamos un largo trecho del trayecto explicándoles por qué no era gracioso y lo doloroso que era la historia del nazismo para toda Europa.
Recordando esto pensé en mi respuesta. Claro que se puede cambiar el relato, aún cuando se ha propagado en series, películas, música y videojuegos. Sin embargo requiere una cosa: nuestro compromiso. El relato de la colombia narco sólo puede ser derrotado cuando acordemos como país reconocer el dolor de nuestra historia y superarlo.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/