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"Los extremos no ayudan, un Congreso polarizado entre bandos políticos que se bloqueen en votaciones por la mera pertinencia partidista o la visión ideológica va a complicar la agenda legislativa de cualquier presidente, sea cualquiera de los candidatos o candidatas actuales que termine victorioso."

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Un pequeño ejercicio para quien lee: piense en sus votos para las elecciones legislativas, es decir para el Senado, de conformación nacional, y para la Cámara de Representantes, de conformación departamental. Piense ahora en su preferencia presidencial, pese a la cantidad de candidatos que todavía tenemos en Colombia.

La conexión entre esas decisiones es más relevante de lo que históricamente hemos pensado en el país y es bueno hacer un llamado a su conexión. Claramente las funciones legislativas y ejecutivas son independientes y no es este un mensaje para escoger un Congreso que sea el comité de aplausos del próximo presidente, pero es deseable conectar estas elecciones.

Si cada colombiano que va a votar les da coherencia a sus decisiones de votación legislativas y presidenciales es posible que hagamos una contribución enorme para el buen funcionamiento del sistema político. Lo ideal sería que esa decisión parlamentaria esté sintonizada con las propuestas que pretende implementar el candidato presidencial de nuestra elección, es decir que exista el ambiente propicio para dar las discusiones y debates de fondo que requiere el país.

Los extremos no ayudan, un Congreso polarizado entre bandos políticos que se bloqueen en votaciones por la mera pertinencia partidista o la visión ideológica va a complicar la agenda legislativa de cualquier presidente, sea cualquiera de los candidatos o candidatas actuales que termine victorioso.

De hecho no deja de ser curioso que deliberadamente muchos candidatos presidenciales, de forma ingenua creo yo, simplemente se aislaran de las contiendas legislativas, al punto que hoy no tenemos idea qué tipo de candidatos al Senado y la Cámara apoyan con ciencia cierta a Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández o Alejandro Gaviria, por ejemplo, de hecho ellos no se pronuncian sobre esos apoyos, que seguro los tienen, ni los hacen del todo visibles, por ende su estrategia de gobernabilidad está por definir sin ganaran, un sinsentido en la estructura del estado colombiano, por lo menos una apuesta arriesgada que arrancó cuando no se preocuparon por conformar listas. Este es un fallo del diseño institucional generado por las consultas y la posibilidad de inscripción por firmas independientes.

La gobernabilidad nacional se juega en todas las elecciones de este año, por eso mirar el talante de los candidatos y candidatas al Congreso es clave, en particular su disposición o no a entrar en los debates más complejos, pero también a acordar y discutir con otras fuerzas políticas en relación al apoyo u oposición al ejecutivo. Claramente necesitamos un legislativo deliberante, esto parece una obviedad, pero no lo es si analizamos los fallos recientes de la Corte Constitucional en donde el judicial ha llamado reiteradamente al órgano legislativo a que se pronuncie sobre aborto, eutanasia y legalización de drogas, entre otros.

Para tener un mejor gobierno nacional requerimos un presidente competente, y también un Congreso a la altura de los retos de la agenda de fortalecimiento del Estado y para lograr esto los ciudadanos tenemos que ser coherentes en el voto.

Si persisten sus dudas sobre candidatos les dejo un par de herramientas que pueden ser útiles para ilustrar la decisión: Congreso visible le hace unas preguntas para determinar el perfil de candidatas o candidatos que piensan similar a sus respuestas https://keepup.news/senado-22 Igualmente la Silla Vacía cubre muy bien el panorama de opciones https://www.lasillavacia.com/elecciones-2022/

Salgamos a votar y seamos coherentes en los votos.

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