tic-tic-tic

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Son las ocho de la mañana. Hace frío. El profesor, usando una fina corbata verde, entra al salón. Tiene el pelo blanco, al igual que su barba. Sus pasos se escuchan cuando se dirige a su escritorio al frente del tablero. Se sienta mientras enciende el computador. Los estudiantes se apuran para terminar de contarle el chisme al que está al lado. “Habla rápido que ya va a empezar”. Otros se rinden y deciden continuar el cuento en el almuerzo.

Diapositivas proyectadas en el video beam. Todas las luces encendidas. Desde la silla, el profesor despeja la garganta y saluda. “Buenos días, jóvenes”. Se acaba el bullicio. Comienza la clase. Documentos de Word en las pantallas, algunos en OneNote, otros en WhatsApp. “Buenos días”, responden al unísono pero sin ánimo; saben que se vienen dos horas eternas de clase. “Hoy hay mucho por abordar, por favor, preguntas al final”. Los estudiantes ya están acostumbrados a eso. “La clase pasada hablamos del procedimiento de selección del proveedor. Hoy abordaremos una serie de modalidades de contratación”. Manos en el teclado, nueva página creada. Algunos acomodan la nalga en la silla.

Lasubastainversaseiniciaconunactoadministrativodeapertura.

Estáreguladaenelartículosdospuntodospuntounopuntodospuntounopuntounopuntodosy

siguientesdelDecreto1082de2015.

Traspresentarelactoadministrativodeapertura,secierraycomienzaelprocesodeevaluación.

Siguelapublicacióndelinformedeevaluaciónenlafechaprevistaenelpliegodecondiciones.

El bullicio se transformó en un tajante tic-tic-tic de los teclados. Los dedos de los estudiantes intentan moverse más rápido que los labios del profesor. Sin los apuntes no será posible ganar la materia.

Eseartículosdospuntodospuntounopuntodospuntounopuntounopuntodosdel

Decretoseñalaentoncesquesilaentidadconsideraquehayaspectoshabilitantesquenocumple

eloferente,seledarátiempoparahacersubsanaciones.Peroesenoseráelúnicotiempo

parasubsanar,pueselartículomencionadoyelartículo110parágrafo1dela

Ley1150dicequehaydosexcepciones.

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“¿Qué artículo?”, pregunta alguien a quienes están sentados a su lado. “No sé marica, espérate. Deja escuchar”.

Elpreciodearranquedelasubastanovaaserelquelaentidadfijócomopresupuesto.

Seráelpreciomásbajodelaspropuestashabilitadas.

(Cambia la diapositiva).

Entoncesalmomentodepresentaroferta,losproponentesvanapresentaroferta

seconómicasademásdecumplirconlosdemásrequisitos.

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tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic

Pasa la primera hora, el profesor sigue sentado. Muchos ya se rindieron y comenzaron a jugar o a revisar Twitter en el computador. Algunos salen a llenar el termo haciendo el pajazo mental de que en esa corta salida pasarán veinte minutos. Se escucha el tic-tic-tic, pero ahora se le suman suspiros y un par de bostezos. “¿No nos dará un descanso de cinco minutos?”, preguntan por el grupo de WhatsApp. Los más juiciosos siguen concentrados en el teclado. No se inmutan, solo mueven sus dedos a toda velocidad para lograr anotar las palabras textuales del profesor. Los más juiciosos son, más bien, una especie de proveedores de apuntes. Benditos sean.

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Se acerca el final de la clase. Ya van siete páginas de apuntes en menos de dos horas (si es que se lograron tomar apuntes). Parece que ahora el profesor es Dios, todos creen ciegamente en su palabra. Las sagradas manos de los mejores alumnos, iluminadas por el espíritu santo, terminan actuando en automático para reproducir la palabra de Dios. Pero ni tan sagradas, pues ya empiezan a doler.

Nadie dice nada, están acostumbrados. Convencidos de que el derecho se escribe, se aplica, se vive ciegamente. Aprenden a transcribir muy bien pero, ¿a pensar? Durante la clase piensan, eso sí, el lugar que escogerán para almorzar.

Enelcasodequedentrodeesostresprimerosdiassehanllegadoaenviarmásde

10manifestaciones,esdecir,másdediezdocumentos,laentidadpuedehacerunsorteoentre

quienespresentaron.Perosetienenquecumplirtrescondiciones

primeroquehayarecibido;segundo…

“Listo, jóvenes. ¿Queda todo claro?, ¿hay alguna pregunta?”.

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“¿No hay preguntas?, ¿por qué siguen tomando apuntes?”.

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