Análisis No Apto
Dos hechos
1) Daniel Quintero es el candidato más votado en la historia de las elecciones de Medellín, con 303.420
2) Daniel Quintero es el alcalde con menor favorabilidad desde que la encuestadora Invamer Gallup hace la medición.
Vamos por partes:
Hasta este 2021, algunos de los alcaldes más castigados por la ciudadanía habían sido Luis Alfredo Ramos, quien tuvo un 47% de aprobación y un 27% de desaprobación en marzo de 1995; Juan Gómez Martínez, con 48% de aprobación y 36% de desaprobación finalizando su periodo en el año 2000; y Alonso Salazar, quien marcó 48% de aprobación y 41% de desaprobación en febrero de 2009.
Para la primera medición de Invamer Gallup en 2020, Quintero marcó un 84% de aprobación y 12% de desaprobación, siendo el alcalde mejor evaluado del país en ese momento. Sin embargo, un año y diez meses después de iniciar su gestión, la ciudadanía lo castiga con su opinión calificándolo como el alcalde con menor aprobación desde que esta encuestadora hace medición (46%) y con una alta desaprobación (53%).
¿A qué se debe que el alcalde más votado en la historia de Medellín sea el más impopular? veamos:
Quintero fue un fenómeno del marketing político en las elecciones de 2019. Supo construir un personaje cercano a las clases más vulnerables y se mostró como un outsider en una ciudad que llevaba votando 4 periodos por candidatos del establishment. Sin embargo, sus promesas incumplidas, el fallo en algunas de sus políticas, el constante cambio en su gabinete, los lazos familiares entre varios directivos de la Alcaldía y las peleas constantes con distintos sectores han hecho que su favorabilidad esté en caída libre.
Hay dos casos puntuales que han afectado la imagen del alcalde y su gestión. El primero, Buen Comienzo, que es un programa de atención a primera infancia que opera especialmente en los barrios más vulnerables de la ciudad. A principios de 2021, se conoció que más de 80 mil niños y niñas no estaban recibiendo la alimentación integral, educación o el análisis psicosocial como lo recibían antes. La cifra de 80 mil tal vez no dice mucho, pero para poner en contexto, imagínese que al estadio Atanasio Girardot caben aproximadamente 42 mil personas. Eso quiere decir que con los niños y niñas sin atención por Buen Comienzo se podría armar una fila para llenar dos veces el estadio.
Las irregularidades en Buen Comienzo en el primer semestre del 2021 tuvieron varias razones, y entre ellas se destaca el cambio de operador del programa que, como lo denunció la veeduría Todos Por Medellín, fue adjudicado a la Corporación Colombia Avanza, una entidad cercana a políticos tradicionales del norte del Valle de Aburrá. A todo lo anterior se le suma que en junio de este año la directora de Buen Comienzo, Vivian Puerta, renunció para ser nombrada en la Fundación EPM, y en su reemplazo llegó José Wílmar Sánchez, quien sólo duró dos meses en el cargo. Hasta la fecha no se ha nombrado a nadie en propiedad, y oficia como director encargado Hugo Alexánder Díaz, quien fue gerente de Maná en la Gobernación de Luis Pérez y pasó por varios cargos directivos en la Alcaldía de Bello entre 2009 y 2017.
La inestabilidad de un programa como Buen Comienzo, que opera desde hace varios años en la ciudad atendiendo a los niños y niñas y madres gestantes de los barrios más vulnerables de la ciudad, ha sido un duro golpe a la favorabilidad de Quintero especialmente en esas zonas donde tuvo una mayor aceptación siendo candidato.
Sin embargo, el mayor desgaste de la Alcaldía de Quintero ha sido el de Empresas Públicas de Medellín. EPM es una de las empresas más queridas por los antioqueños y Quintero Calle la utilizó de forma directa en su campaña, no sólo criticando la gestión de distintos mandatarios tras la contingencia registrada en 2018, cuando se produjo el taponamiento del túnel auxiliar de desviación del río Cauca, sino que también prometió disminuir las tarifas de servicios públicos, algo que no ha cumplido básicamente porque no es potestad del alcalde ni de EPM la regulación de precios.
No es necesario entrar en todos los detalles, pero durante su gestión, el alcalde ha ejercido presión para que sean los contratistas quienes paguen por los sobrecostos de Hidroituango, cuando las aseguradoras han cumplido con dichos pagos. Igualmente, la misma junta directiva que Quintero había nombrado renunció en agosto de 2020 al ver los manejos que él quería darle a la empresa (carta de renuncia publicada por Oswaldo León Gómez, gerente de la cooperativa Confiar y quien apoyó abiertamente a Quintero en campaña).
Las constantes peleas de Quintero han llevado a que la imagen de EPM decaiga. Según el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (MERCO), que mide la reputación de las empresas, en 2019 el Grupo EPM ocupaba el puesto 10 entre 100 empresas. Sin embargo, para el 2021 el Grupo EPM ha bajado al puesto 27 en dicho ranking.
Los hechos demuestran que EPM vive en una inestabilidad interna constante. Siendo candidato, Quintero aseguró: “si mi gerente dura más de 4 años, hice algo por EPM. Si dura 4 años, no hice bien la tarea”. Tras un año y diez meses de gobierno, EPM ha pasado por cuatro gerentes, y ha tenido cambios en las vicepresidencias de Finanzas, Riesgos, Asuntos Legales, Secretaría General y dos cambios en la de Suministros. Según el Quintero candidato, el Quintero alcalde no ha hecho bien la tarea.