Petro, el derechizador

Petro, el derechizador

El 23 de junio de 2022 escribí en un trino que me preocupaba que el gobierno de Petro me pudiera empujar a la derecha. Van pasando los meses y se hace cada vez más evidente que la improvisación y la ideologización de todo ha primado sobre los hechos y los planes, lo que resulta en debates poco técnicos llenos de dogmas y vacíos de argumentos. Todo se justifica en nombre del pueblo, pero cuando se presentan estudios demostrando que alguna propuesta del gobierno va en contra de los intereses de las mayorías, aparecen pronto los insultos y los ataques a quien los presenta.

Cuando algún centro de estudios o un gremio plantea observaciones a la reforma laboral, por ejemplo, se atacan sus posturas bajo la clásica falacia de descalificación en donde el problema es quién lo dice y no lo que dice, perfecta para las barras bravas repletas de incautos. En un país en donde la informalidad laboral entre enero y marzo fue del 58% según el DANE, la ministra de trabajo ha reconocido que esta reforma no busca generar más empleo sino reforzar las garantías para quienes hoy son empleados, pero esto tampoco se cumple ya que según el Banco de la República se ponen en riesgo 450.000 empleos.

En la ideología del gobierno, todas las empresas son enormes y extremadamente rentables, no importa que en la realidad el 93% de las empresas formales únicamente generan entre 1 y 9 empleos, que 700 mil empresas solo pueden generar un empleo formal y 361 mil pueden generar 2. Únicamente 8 de los 22 millones de personas ocupadas en Colombia trabajan en empresas que generan más de 2 empleos. Es decir, que predominan las empresas pequeñas, muchas veces familiares, de autoempleo, que muchas veces a duras penas pueden subsistir.

Pero hay más ejemplos. Para quienes defendimos el acuerdo de paz con las FARC, esperanzados en una verdadera disminución de la guerra y del dolor en el país, resultó interesante que se planteara la posibilidad de avanzar en nuevas negociaciones. Sin embargo, esto ha sido un monumento a la improvisación del cual solo quiero señalar el último episodio: el gobierno acordó un cese al fuego por 6 meses con el ELN. Es obvio que menos guerra es positivo, lo que pasa es que se ha conocido, en la voz de alias “Pablo Beltrán”, que el cese no incluye la terminación del secuestro y la extorsión, como “actividades de financiación”. Sin la debida explicación lo que parece es que el gobierno hubiera reducido, renunciado, a la protección de civiles que quedan expuestos a estos delitos.

Finalmente, tenemos el trato ofensivo del presidente y sus seguidores en contra de medios de comunicación, periodistas y ciudadanos que cuestionen al gobierno. Yo esperaría que el presidente demuestre con pruebas y argumentos por qué una información es falsa o malintencionada, cosa que no solo es su derecho sino también el deber de su gobierno en nombre de la verdad, pero él ha tomado el camino de los regímenes autoritarios y ha preferido, nuevamente, las ofensas y las falacias, creando un ambiente hostil de tensiones innecesarias que rayan en lo ilegal.

Por estas cosas, cada vez con más frecuencia me identifico con los argumentos de un sector de centro derecha que se opone al presidente. Pero no soy solo yo, en un estudio reciente realizado por Cifras y Conceptos y la Universidad del Rosario, los jóvenes que se identifican de izquierda pasaron de 28% a 18% en 2 años mientras que los que se identifican con la derecha pasaron del 7% al 23%.

Felipe El Hermoso, Juana La loca, Isabel La Católica, son tal vez algunos de los nombres más famosos que recibieron los mandatarios de otros tiempos. Pues bien, parece que uno de los legados del Gustavo Petro será el de empujar el país hacia la derecha.

Petro, el derechizador.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mesa/

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