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¡Mejoran las perspectivas de crecimiento!

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El gobierno nacional celebró esta semana el paupérrimo crecimiento de la economía colombiana en el primer semestres de 2024. Para ellos, la grave desaceleración del crecimiento es algo de qué enorgullecerse.

El crecimiento se ha estancado al punto de casi igualar los niveles de la pandemia. Luego de un par de años siendo ejemplo en recuperación económica, alcanzamos la gran hazaña de crecer tan poco como el primer semestre de 2020 aun teniendo todas las condiciones para ser mejores.

Entre las cifras más graves reportadas por el DANE en los últimos días, dos merecen ser resaltadas -para mal-. Primero, el segundo mayor jalón a la economía estos meses ha sido el crecimiento de la administración pública. Además, la caída del sector industria es la más grave entre tantos, llegando casi al -6%.

El problema de que uno de los principales impulsos de la economía sea la administración pública no es el descarte libertario de “el Estado no genera valor”, sino asumir -con razón- que de la burocracia es hoy uno de los empujes más fuertes para el empleo, lo que tiene evidentes consecuencias negativas en un país con graves problemas de corrupción.

Por otro lado, la caída en la participación del sector industria puede ser lo peor. Tenemos hoy en un país que debería ser más desarrollado que hace n cantidad de años, pero en el cuál es más difícil asegurar la sostenibilidad de una empresa que se dedique a la manufactura de productos bien sea para el mercado local como para el internacional.

Lo peor es que estos resultados no son para nada sorprendentes. Desde el inicio del gobierno de Petro hemos discutido la inexplicable teoría del decrecimiento acuñada con ignorancia por algunos de sus funcionarios. Ver entonces que haya carteras con paupérrimos niveles de ejecución en el tiempo que lleva el actual presidente, es un resultado lógico, aunque ciertamente desconcertante.

A esto se le suma la polémica declaración de Gustavo Bolívar sobre acabar con los subsidios de Prosperidad Social. Es difícil decir que los subsidios en sí sacan a personas de la pobreza, pero ciertamente acercan a los menos privilegiados a superar las condiciones determinantes de esta como la falta de educación o de acceso a la salud.

La política económica de este gobierno es en efecto: el estancamiento. Esto no tiene ningún sentido sin importar desde dónde se le mire -aunque hagan las más increíbles maromas argumentativas-. El decrecimiento de nuestra economía debería ser preocupante, no digno de resaltar.

Mientras la prioridad de Petro y sus funcionarios sea el activismo político y no la consecución de los fines del Estado de derecho, a saber: el bienestar de los ciudadanos; los próximos años auguran un resultado peor para todos los colombianos. Entonces, ¿para dónde vamos?

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/

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