Lo que entiende por humanismo

Hay que repetirlo. Una y otra y otra vez. Hay que volver sobre este tema porque tal vez, sobre todas las miserias e injusticias, sea esta la que defina nuestra época. Entre la noche del viernes y la hora en que escribo esta columna, los bombardeos de Israel sobre la destruida Franja de Gaza mataron a 60 personas más. Mientras, los puestos de seguridad han dejado entrar a cuentagotas los camiones con comida que no alcanzarán para paliar la hambruna, tan mortal como los misiles.

Y sí, puede que ahora, cincuenta mil muertos después, se esté pasando del silencio cómplice a la tímida reacción (El Colombiano, por ejemplo, publicó el 23 de mayo un reportaje gráfico donde evita señalar que es el propio Estado de Israel el responsable del desabastecimiento y el hambre).

¿¡Cómo es posible que esto esté pasando!? Se pregunta ahora los que antes hablaron de legítima defensa y volcaron sus esfuerzos en desmentir lo evidente: los ataques indiscriminados contra la población civil, el bombardeo de hospitales, los disparos contra los que se atrevían a ayudar, el bloqueo que causa hambruna… Los crímenes de guerra.

Y solo ahora, cuando no hay manera de ocultar los cuerpos famélicos de niños, Francia, Reino Unido y Canadá publican un comunicado conjunto: “No nos quedaremos de brazos cruzados mientras el Gobierno de Netanyahu continúa con estas acciones escandalosas. Si Israel no pone fin a la nueva ofensiva militar y no levanta las restricciones a la ayuda humanitaria, tomaremos otras medidas concretas en respuesta”.

No nos quedaremos de brazos cruzados, dicen. Como si esta matazón indiscriminada no estuviera cerca de cumplir dos años.

¡Qué clase de sociedad hemos construido si alguien puede, con la tranquilidad de quien sabe que nada le pasará, masacrar en vivo y en directo —y mofarse de eso, incluso— a una población entera!

¿Qué hemos hecho para detenerlo? Nada. Indignarnos algunos (cada vez más, tal vez) y publicar pequeños reclamos en redes sociales, escribir columnas como estas para que el tema no se pierda de vista, donar para que Unicef pueda intentar salvar un par de infantes… 

¡Qué mundo es este donde aún hay quienes piensan que se puede justificar lo que ha hecho el Estado de Israel! ¡Cuánta cantidad de muertos pueden satisfacer a quienes aún creen que esto es solo un ajuste de cuentas con Hamas y no lo que ha demostrado ser: un plan de exterminio y expansión cruento y criminal como el que más!

¡¿Quién, que se considere humano, es capaz aún de sostener sin ruborizarse ni saber que miente, que no estamos ante un genocidio con todas sus letras y consecuencias humanas, sociales, políticas y militares?! ¡¿Quién, que se considere compasivo y solidario, no se uniría en un solo clamor para exigir un «basta ya»?! ¡¿Quién que haya visto los rostros demacrados, que haya sido testigo lejano del llanto, que haya observado la desesperación de quien ruega por comida, quién, insisto, seguirá siendo capaz de seguir esgrimiendo la carta falsa del antisemitismo cuando otros le digan que lo que allí ocurre es la mayor crueldad e injusticia de este siglo?!

Si de casualidad usted, lector de estas letras, es de los que aún sostiene que toda esa masacre está justificada; si usted, que se topó con esta columna, aún piensa que qué más podía haber hecho el Estado de Israel sino esto tan demencial y criminal, tal vez haría bien en revisar lo que entiende por humanismo.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/mario-duque/

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