Las redes sociales achican nuestra atención

Las redes sociales achican nuestra atención

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Mucho se habla de lo malas que pueden ser las redes sociales y el peligro que acarrea el uso excesivo de estas. Es como de esas verdades que se dicen de manera coloquial, pero que no terminan teniendo demasiado impacto en las acciones concretas de la mayoría. Así como todos saben que hacer ejercicio es bueno, todos saben que usar mucho las redes sociales no lo es, pero pocos son los que accionan con ambos. Ser consciente de algo es un buen primer paso, pero no es suficiente. El mundo no vive de buenas intenciones, sino de acciones.

En el caso puntual de las redes sociales, y el internet en general, quiero hacer énfasis en dos consecuencias que tienen sobre nosotros y que no consideramos del todo su impacto en nuestra salud, bienestar y vida en general: la disminución en la atención y en la capacidad de expresión.

Con la atención puede ser un poco más claro: las redes sociales están hechas para captar nuestra atención por mucho tiempo y con muy poco esfuerzo. Todo lo que hay en una red social está diseñado para que nos genere más deseo de continuar ahí, incluso aunque realmente no queramos.

Creo que no somos conscientes del impacto real que tiene esto sobre nuestra productividad y rendimiento, pero sobre todo, de nuestro bienestar y calidad de vida. A nivel de trabajo, el cambio de foco en lo que estamos haciendo, así sea por unos pocos segundos, afecta la capacidad de nuestra mente de concentrarse y de lograr procesar lo que tenemos en frente. Para volver a lo que estábamos haciendo y enfocarnos necesitamos mucho más tiempo del que nos toma cambiar de actividad. Ser multitarea es una mentira. Nuestro cerebro no puede.

A nivel de bienestar, incrementa los niveles de estrés y ansiedad, nos hace más orientados hacia afuera, hacia los estímulos y reacciones de otros, y poco a poco nos impide sentirnos tranquilos y cómodos con la realidad como es y lo que tenemos en frente. Y luego nos preguntamos porqué nos sentimos cansados, aburridos y desmotivados todo el tiempo.

Por el otro lado, está la disminución en la capacidad de expresión. Las redes sociales y en general la comunicación digital nos obliga a ser concisos y mucho más planos. Eso en casos puede ser positivo, pues permite comunicación más fluida y “objetiva”. Pero perdemos una de las capacidades humanas mas poderosas y que más nos permite ser lo que somos y compartir nuestra existencia con otros seres: la comunicación cara a cara. Esa comunicación que va más allá de las palabras. Mucho más allá. Ya sabemos gracias a la ciencia que las palabras son un porcentaje bajo de lo que realmente estamos comunicando, lo que se lleva el protagonismo es el lenguaje no verbal, como el cuerpo, las expresiones y el tono de voz. No es lo que dices, es cómo lo dices.

Al ocupar la mayoría de nuestras comunicaciones en redes sociales, perdemos mucho de esas capacidades de expresión y comunicación. Bajamos mucho la intención que le ponemos a lo que vamos a decir, nos escudamos en criticar y pelear con otros en comentarios e hilos eternos. Y lo peor es que no desarrollamos la capacidad más importante para comunicarnos: escuchar y comprender al otro. Detrás de una pantalla eso es imposible. No me considero un anti-redes sociales ni nada por el estilo. Considero que tienen muchas cosas positivas y además no se van a ir. Ese tipo de plataformas llegaron para quedarse. Si bien he tratado de disminuir su uso, no creo que sea necesario ni práctico para todo el mundo hacerlo o incluso dejarlas de usar. Lo que sí creo es que cada uno debe hacer una evaluación consciente de qué tanto poder está entregando al permitir que su atención y su comunicación sean controladas por un puñado de empresas a las que solo les interesa tener más gente pegada más tiempo de sus plataformas.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-perez/

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