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Innovación para la igualdad de género

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Me he propuesto este año conmemorar como se debe el 8 de marzo, el día internacional por los derechos de las mujeres. Llevo varios años promoviendo en las organizaciones para las que he trabajado acciones que de verdad aporten en el arduo camino que transitamos nosotras hacia la igualdad de género, actividades que por lo menos generen conciencia y no perpetúen los estereotipos. Sin embargo, el alcance de estas acciones ha sido mínimo y ahora que tengo espacios y plataformas para que mi voz sea escuchada, la intención es multiplicar el mensaje, que por lo menos unos cuantos se lleven la inquietud a sus entornos laborales, educativos o familiares, para que aprovechen esta fecha para sumarse como aliados a la causa.

No me voy a detener en la historia del 8M (por 8 de marzo), esa es fácil de encontrar en internet, me parece más potente hablar en este espacio del porqué todos y todas nos debemos sumar al mensaje que se pretende difundir.

La Organización de Naciones Unidas, a través de ONU Mujeres, ha declarado esta fecha bajo el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”, haciendo un llamado global a ejecutar acciones por parte de los gobiernos, el sector privado, la academia y el tercer sector para que promuevan el cierre de la brecha de género en el mundo digital.

Vamos a llevar esto un poco más a nuestro contexto. En Colombia, en los últimos años, apenas 3 de cada 10 egresados de educación superior en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) son mujeres, y de cada 10 mujeres egresadas, menos de 2 se gradúan de alguna de estas áreas. Lo anterior implica que, por lo menos desde la academia, las mujeres estamos muy relegadas en las materias que hoy son protagonistas en el mercado laboral, lo que por supuesto se va a traducir en mayores tasas de desempleo femenino o en aumento de la diferencia de ingresos entre ellos y nosotras.

La tecnología y la innovación no son el futuro, son el presente, y el hecho de que las mujeres estemos alejadas de estas perpetúa y acentúa las ya conocidas brechas de género en todas las materias, desde la laboral por supuesto hasta temas tan delicados como acceso y atención en salud y derechos sexuales y reproductivos. Si nosotras no nos formamos en cuestiones tecnológicas, no vamos a poder disfrutar plenamente de todo el potencial que esta tiene para nuestras vidas.

En el área de salud sexual y reproductiva, la tecnología puede ser una gran aliada para permitir que las mujeres accedamos a información verídica sobre nuestros cuerpos y el derecho que tenemos a decidir sobre los mismos. A través de la llamada FemTech, tecnología al servicio de la salud de las mujeres, encontramos herramientas basadas en inteligencia artificial y de fácil acceso que están motivando en algunas partes del mundo la creación de plataformas que permiten a las mujeres hacer preguntas sobre sexualidad, aborto seguro, planificación familiar entre otros, que en su contexto normal no podrían hacer.

Además, esta es una gran herramienta para el acceso a la educación y al trabajo de mujeres madres a quienes se nos dificulta la concertación entre el cuidado de nuestros hijos e hijas, y espacios de formación o de desarrollo económico y productivo. Aunque la pandemia nos demostró que conciliar cuidado del hogar y trabajo remoto es una tarea titánica, la virtualidad sin duda sigue siendo una gran plataforma para que mujeres que no pueden dejar a sus hijos al cuidado de un tercero, tengan opciones de independencia financiera.

Sin embargo, dentro de todas estas acciones posibles para cerrar la brecha de género en la innovación y tecnología, es importante tener en cuenta “la brecha dentro de la brecha”, esto es, el difícil y casi nulo acceso que tienen a herramientas tecnológicas las mujeres más vulnerables de entornos rurales o violentos. Aquí es donde está el gran reto de los gobiernos y en especial en lo que tenemos que poner nuestra mirada en la Medellín de los próximos años.

El reto es grande, pero sin duda con voluntad, creatividad y un manejo adecuado de los recursos, podremos comenzar a mejorar los indicadores que hoy son tan nefastos y nos alejan a las mujeres de una real igualdad.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/manuela-restrepo/

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