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Lidero el área de sostenibilidad de una empresa agropecuaria. Trabajo en fortalecer un camino que la empresa ha venido recorriendo para avanzar, cada vez más, en estrategias de economía circular desde la convicción de los accionistas de aportar más allá de la rentabilidad de su inversión. Pero ese no es el tema.

Por mi trabajo, asistí al congreso del gremio que se realizó en Cartagena esta semana. Fui con el deseo de conocer acciones de otros actores del sector y ver cuáles son las buenas prácticas que podemos implementar en nuestra organización.

Por un lado, después de oír expertos en sostenibilidad de Chile, México, España y Colombia, me siento tranquilo y orgulloso con el camino que  hemos empezado a transitar en nuestra empresa. Espero este año sistematizar las experiencias y poderlas contar de una manera clara y contundente pues, en algunos puntos, tenemos más que contar de lo que tenemos que oír. Eso es bueno.

Por otro lado, más allá de la agenda académica y las muestras comerciales, me interesaba entender las posiciones de los empresarios  en el contexto político y económico actual. Me preocupa el futuro inmediato.

Conversé con directivos, propietarios y empleados de algunas empresas, encontrando en la mayoría un lugar común: incertidumbre. Se entiende que hay un contexto internacional profundamente relevante en la actualidad pero la regla general en estas empresas es parar nuevas inversiones hasta que se pueda conocer mejor el rumbo que trazará Petro. Nadie habló de irse del país, ni de dejar de buscar el crecimiento en sus empresas, ni de liquidar inversiones; por el contrario, siguen los deseos de cerrar negocios. Sin embargo, es claro que el contexto internacional, la desconfianza y la incertidumbre están frenando inversiones importantes.

Está muy fresca la imagen de la improvisación en campaña diciendo una cosa un día y otra  al siguiente, está las dudas sobre la reforma tributaria, por los aranceles a las materias primas fundamentales para este sector, y, para los productores, la preocupación por la reforma rural que a trinos ha venido comentando la ministra entrante Cecilia López.

Estamos hablando de un sector que lleva 10 años seguidos de crecimiento incluyendo un 2% en el 2020 cuando la economía colombiana cayó un 7%, según el DANE, y cuyo gremio proyecta un 6% de crecimiento para el 2022. Estas cifras se han logrado por el avance en dos grandes líneas: mayor tecnificación (que implica inversiones) y formalización de la producción.

Tiene que ser grande la incertidumbre para que se frenen inversiones aún conociendo estos números.

Nota: increíble el autosaboteo que vienen adelantando las directivas de Atlético Nacional días después de lograr el título. La estabilidad financiera de un equipo de fútbol, como empresa, está en buena parte asociada a los éxitos deportivos, ya que éstos se traducen en taquillas, premios y pagos por derechos de televisión. Esos éxitos dependen de muchas variables, entre ellas, la convicción, unidad y liderazgo dentro del gran grupo humano que es lo conforma. No tiene sentido económico ni deportivo ninguna de las decisiones que ha tomado la junta directiva en el último mes y me temo que ya estamos padeciendo las consecuencias.

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