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«Estamos ante un gobernante con tintes dictatoriales» Julia Correa Nuttin

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"Para mí es muy difícil rescatar algo porque es una alcaldía de tanto odio que nubla cualquier cosa buena que haya podido hacer." 

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El miércoles pasado, los diferentes comités promotores de la revocatoria del Alcalde de Medellín entregaron a la Registraduría 305.000 firmas de las 91.000 necesarias para que se convoque a elecciones en la ciudad. Ese mismo día, en el Concejo de Medellín la mitad de los concejales del Centro Democrático se apartaron de la decisión de la bancada de oposición y permitieron la elección del concejal Lucas Cañas, aliado del Alcalde, como Presidente del Concejo para el próximo año. 

En No Apto hablamos con Julia Correa Nuttin, ex candidata al Concejo de Medellín por el Centro Democrático y una de las voceras en el proceso de revocatoria. 

No Apto: Julia, la recolección de firmas para la revocatoria inició bastante lenta ¿Cuál fue el detonante que la hizo tomar tracción?

Julia Correa: Yo creo que el proceso de revocatoria inició con mucha fuerza cuando la Registraduría entregó las planillas, sin embargo esto se frenó debido a un tema de procedimiento relacionado con los protocolos de bioseguridad. Esto tardó unas tres semanas y sí es cierto que el entusiasmo se redujo. 

Posteriormente, las acciones del Alcalde Quintero llevaron a que poco a poco se recuperase el entusiasmo. Cosas como el viaje a Barranquilla a ver un partido de la Selección Colombia con recursos públicos, suspender la contratación del mantenimiento de las zonas verdes de la ciudad con el Jardín Botánico, las dificultades con el inicio de Buen Comienzo, la crisis en la gerencia de EPM, y el paro de los contratistas del INDER permitieron que la revocatoria creciera sostenidamente hasta alcanzar 305.000 firmas.

NA: El Alcalde ha hecho ver al movimiento revocatorio como una estrategia del uribismo pero, ¿quién conforma en realidad este movimiento?

JC: Los comités de la revocatoria son comités estrictamente cívicos que surgieron el año pasado durante la primera gran crisis de EPM cuando renunció la Junta Directiva. La molestia de la ciudadanía la canalizaron hacia esa figura legal para sacar del poder al Alcalde. Esta iniciativa tiene el apoyo de personas de distintas ideologías. El Centro Democrático no apoya la revocatoria como partido pero sí lo hacen varios de sus miembros, también ha habido fajardistas, Bernardo Alejandro Guerra, y excandidatos a la Alcaldía como Juan David Valderrama.

NA: ¿Por qué algunos opositores al Alcalde se han abstenido de participar de la revocatoria?

JC: Creo que a veces la gente hace demasiados cálculos políticos y no ven una posibilidad al no existir antecedentes de revocatorias exitosas en grandes ciudades del país. Aún así, creo que esto es un proceso de mucho valor cívico en donde no se pueden hacer cálculos políticos ya que lo que está de por medio es la democracia en la ciudad y la senda de progreso que hemos tenido en nuestras instituciones públicas, las cuales han sido fundamentales para financiar los proyectos sociales que han hecho de Medellín una ciudad referente en el país.

NA: ¿Quién financia la revocatoria?

JC: La ciudadanía en general es quien ha aportado recursos de a poco para cubrir con esos gastos logísticos. 

NA: Ya has mencionado algunos hechos controversiales de esta administración pero, en síntesis, ¿por qué debería ser revocado Daniel Quintero?

JC: Llegó el tiempo de la revocatoria ya que la ciudadanía está cada vez más informada y las redes sociales han sido una herramienta fundamental en ese propósito. La ciudadanía está cansada del incumplimiento de promesas de campaña como ser independiente, elegir el gerente de EPM a través de una empresa cazatalentos, o congelar las tarifas de servicios públicos. Es alguien que miente reiteradamente, administra indebidamente los recursos públicos, llegó con narrativas de odio de clases y odio a los empresarios, ataca, estigmatiza y espía a la oposición. Son prácticas muy graves que le han quitado la tranquilidad a la ciudadanía. Ha afectado instituciones tan queridas como el INDER y Buen Comienzo, y eso le duele en el corazón a la gente. Ya hay una ciudadanía despierta que dice “No vamos a permitir que continúe ese alcalde”. Yo creo que Medellín le va a dar un ejemplo a Colombia de que en este país no queremos populismos que llegan a anular libertades.

NA: Convocada la revocatoria, ¿qué sigue para Medellín? ¿Hay posibilidades de que se dé una candidatura de coalición? ¿Quién debería ser esa persona?

JC: La ciudad va a quedar muy “desbaratada”. Hay que buscar un perfil que conozca el sector público, pero quizás que venga del sector privado y no genere resistencia en ningún sector político sino que por el contrario genere unión para ser ese líder que convoque a todos a organizar la ciudad. 

NA: ¿Se te ocurre algún nombre?

JC: No. Prefiero por ahora no proponer nombres, pero sí creo que alguien del sector privado podría ser muy interesante. 

NA: En las elecciones pasadas fuiste candidata al Concejo de Medellín por el Centro Democrático. ¿Cuál fue tu rol en la revocatoria y qué aspiraciones tienes hacia adelante?

JC: Yo le hice oposición a Daniel Quintero desde la campaña. En un debate en Telemedellín él amenazó a un periodista por hacerle una pregunta que le molestó. Desde ese momento me di cuenta que era alguien que no respetaba los valores democráticos. Recuerdo que ese día puse un tuit al respecto y Quintero me empezó a seguir y en privado me escribió: “Saludos Julia”. Nunca le respondí porque soy muy firme en mis principios, pero desde el primer día de su administración le he hecho mucho control, lo cual profundicé cuando se presentó la primera crisis de EPM, una empresa tan querida para los antioqueños por lo que significan para Medellín 1.3 billones de pesos anuales en transferencias que han sido fundamentales para el progreso de la ciudad. 

A raíz de esa oposición, poco a poco me fui involucrando en la revocatoria, ayudando en la consecución de las firmas, en ser vocera de la iniciativa y replicar ese mensaje, sin embargo no pertenezco a ninguno de los comités promotores. 

NA: ¿Y si se pierde la revocatoria qué pasa?

JC: Esa opción nunca la he contemplado. Ya triunfamos en la primera etapa que era determinante. Las firmas demuestran el sentimiento de la ciudadanía de quererlo sacar. Tenemos que salir 310.000 personas a votar y se recogieron 305.000 firmas, entonces creo que nos vamos a ratificar en las urnas. 

NA: Se ha venido hablando de la posibilidad de que la revocatoria coincida con las elecciones legislativas en marzo del próximo año. ¿Cómo ves ese escenario?

JC: Es una posibilidad. La Registraduría tiene dos meses como máximo para revisar las firmas y, una vez certifique que hay 91.000 firmas válidas, se debe convocar a elecciones. En ese orden de ideas, se podría esperar que esos comicios se den a partir de febrero y por términos de economía podría ser viable hacerlo el mismo día de las elecciones al Congreso. Además, es interesante ya que en época electoral la ciudadanía tiene los asuntos políticos más presentes y se podría lograr una movilización ciudadana más grande. 

NA: En tu narrativa frente a la defensa de EPM hay cierto “tufo” de regionalismo. ¿Por qué? ¿El origen de las personas incide en su idoneidad?

JC: Yo no soy regionalista. Siempre he dicho que soy orgullosamente antioqueña porque somos personas que tenemos un alto sentido de pertenencia por lo público, que nos sentimos orgullosos de nuestra ciudad y nuestro departamento, y ese sentimiento ha sido fundamental. Además, en Antioquia existen relaciones fraternas entre empleadores y empleados. Eso fue fundamental para que durante el Paro Nacional no se diera en Medellín lo que sucedió en Cali por ejemplo. Sí estoy orgullosa de ser antioqueña, pero no digo que sea malo que vengan personas de otras regiones a trabajar en EPM. Es malo si son politiqueros que no conocen el funcionamiento de la empresa ni tienen experticia técnica, y aún peor si llegan a sacar personas que durante muchos años han construido una carrera en EPM y eran garantía para que la empresa siguiera por buen camino. 

NA: Antioquia ha tenido previamente gobernantes bastante cuestionados, por ejemplo el ex gobernador Luis Pérez, de quien incluso hoy se dice que es aliado de Daniel Quintero. ¿Por qué con este alcalde se ha generado una reacción que no se había dado antes?

JC: En su momento mucha gente cuestionó a Luis Pérez, pero como lo dije al inicio, las redes sociales han permitido que la ciudadanía tenga mucha más información y esté al tanto de la situación. El control ciudadano ha aumentado y ya la ciudadanía se pronuncia. Creo que llegó la época de las revocatorias de mandatarios. 

NA: Esta semana se dio una reunión de los concejales opositores a la Administración. ¿Cómo evalúas la reacción que tuvo el Alcalde y el rol que tuvo Telemedellín?

JC: Es algo muy grave. Telemedellín es un canal público financiado por recursos públicos. Que ese canal sea utilizado para perseguir y estigmatizar es de suma gravedad. Ya llegamos a unos límites impensables en donde el Alcalde atenta contra la democracia. Estamos ante un gobernante con tintes dictatoriales y es fundamental que los organismos de control tomen medidas y organizaciones como la FLIP que protegen derechos ciudadanos. 

NA: Y al día siguiente de esa reunión, la mitad de los concejales del Centro Democrático se alejaron de la posición de la bancada opositora, permitiendo que un oficialista se eligiera como Presidente del Concejo. ¿Cuál es la responsabilidad del partido cuando la mitad de sus concejales no están alineados con la oposición?

JC: Me dió mucha tristeza, ya que hago parte del Centro Democrático porque representa unos valores democráticos que son fundamentales, como la defensa de la empresa privada, la democracia, la libertad, y las relaciones fraternas. Venimos denunciando desde hace más de un año cómo estos concejales, por acción u omisión, no se han opuesto al Alcalde. En algunos casos no había pruebas pero tampoco dudas de su falta de oposición. En esa elección se quitaron el antifaz y mostraron sus verdaderos intereses, los cuales no están compaginados con el interés de Medellín sino que son personales. 

Ellos sabían muy bien que votando por la Concejal María Paulina Aguinaga se dividiría el voto del Centro Democrático, otorgándole la presidencia del Concejo a Daniel Quintero, seguramente con finalidades oscuras. Pueden sacar todas las excusas que quieran, pero tenían toda la claridad frente a las consecuencias de su actuación. 

NA: ¿Y cuál es la responsabilidad del partido al presentarle a la ciudadanía a estos candidatos?

JC: Esto sirve para que el partido haga una reflexión muy importante en un momento en el cual se están conformando las listas para las elecciones legislativas del próximo año. Se deben seleccionar personas que verdaderamente sean garantes de los valores del Centro Democrático. 

NA: ¿Rescatas algo de esta Alcaldía?

JC: Para mí es muy difícil rescatar algo porque es una alcaldía de tanto odio que nubla cualquier cosa buena que haya podido hacer. 

NA: Por último, en la ciudad existía una narrativa en donde las cosas venían bien y a pesar de las diferencias ciertos temas tenían continuidad. Este alcalde logró derrumbar eso. ¿Qué fue lo que permitió que este alcalde se eligiera? ¿Nos estábamos engañando?

JC: Sí creo que la ciudad venía funcionando bien. Fue su imagen de independiente la que le llegó a cierto sector de la ciudadanía. 

NA: ¿Fue entonces más un asunto de mecánica política que estructural?
JC: Sí, creo que fue un tema de campaña. La ciudad venía bien y todo lo que ha pasado en su administración lo ratifica. Él llegó a destruir todo porque creo que es un aliado de Petro y ellos saben que Antioquia es determinante para las elecciones presidenciales. Saben que destruyendo las instituciones e imponiendo narrativas de odio Petro tiene una posibilidad.

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